A mi, de pequeño, me decían eso de que, quien mucho abarca, poco aprieta. Otra de esas ideas fáciles, plausibles y equivocadas con las que de buena fé los padres inundan las impresionables mentes infantiles.
Y es que, si no abarcas, jamás llegas a comprender el territorio en el que te internas.
Déjame que te lo explique así: Con varios amigos hemos formado una asociación de aficionados a la astronomía. Cada uno de ellos ya trabaja en alguna disciplina relacionada con la ingeniería o la ciencia, excepto yo, que soy economista pero jamás pertenecería a un club en el que admitieran a economistas. De alguna forma, sin embargo, hemos tomado a la astronomía como 'pivote' de nuestros intereses. Te puedo asegurar que es esa procedencia diversa la que enriquece mucho nuestra asociación. Es una especie de 'brainstorming' continuo.
Claro que a veces sería más útil tener superespecialistas, pero es esa visión lateral la que, en general, nos proporciona perspectivas imprevistas y soluciones innovadoras a los dilemas que se nos plantean.
Ahora, yo más bien le digo a mi hija: Los problemas son una nuez. Rodéalos con toda la fuerza de la palma de tu mano, y busca su punto débil. Sé multidisciplinar, amigo.