Bueno, bueno. Todo cae por su propio peso, aunque a veces tarde en hacerlo, y parezca que nunca va a suceder.
El 10 de enero del 2005 clamaba desde aqui por terminar con esta anacrónica aberración exhibicionista, y ahora el rally parece, por fin, estar tocado de muerte.
Este año será el Rally el aplastado, en lugar de algún niño como en cada edición anterior. Si alguien entre los organizadores quiere ser solidario con África, que tome el relevo de los miles de cooperantes que cada año se internan en sus aldeas y campos de refugiados en busca de algo que hacer, de alguna forma de aliviar sufrimientos.
Hasta nunca, Rally Paris-Dakar.