martes, mayo 26, 2009
A la vista de todos
Seguro que alguna vez os habéis parado a pensar lo eficientes y rápidos que son los lectores de código de barras (los ahora popularmente conocidos como BIDI's o QR Codes) a la hora de añadir los productos de nuestro carrito de compra a la factura.
Claro que siempre, al llegar la hora de pagar, se pierde todo el tiempo ahorrado con toda esa cantidad de tarjetas, cupones y vales que se intercambian cliente y cajero.
Pero, de ahí a buscarle alguna aplicación personal a los códigos de barras... va un trecho.
No nos vemos llevando por ahí una de esas pistolas lectoras de código de barras, corriendo por la estanterías de los supermercados.Pero los códigos de barras se han sofisticado mientras dormíamos.
Ya no son barras, aunque se les siga llamando así. En realidad, son parrillas de puntos blancos y negros, de apariencia totalmente ininteligible, pero que pueden albergar mensajes secretos. Cada una de ellas puede contener cientos de caracteres, más de mil.
Pero, al igual que sucede con los caracteres escritos, la comunicación sólo es posible si tanto emisor como receptor utilizan el mismo código, y hay muchos disponibles... Por ejemplo, podemos utilizar la simbología DATAMATRIX para escribir un mensaje que sólo alguien con el equipo adecuado pueda entender.
Por ejemplo, las dos imágenes que veis en esta página contienen en realidad dos mensajes para vosotros. Han sido codificados en ASCII, y luego en DATAMATRIX.
Si os fijáis un poco, veréis que ambas tienen algunas cosas en común. Dos de sus bordes contiguos son líneas continuas, que indican la orientación correcta del símbolo, y los otros dos representan un patrón alternante de ceros y unos, que representan el número de filas y columnas del símbolo, que son siempre un número par.
La complejidad del símbolo no depende del número de caracteres codificados. Una simple letra A tiene un aspecto tan críptico como un mensaje complejo, así que no os dejéis llevar por las apariencias.
Descubrir lo que he escrito para vosotros os será difícil. Muy difícil...
(¡oh, cielos¡ Olvidé que cada vez más teléfonos llevan incorporado un lector de códigos de barras 2D...)