Que la maldad existe, lo sabemos. Y, ¿qué me dicen de la codicia? La codicia es una realidad tan palpable como las rocas que forman el macizo de Montserrat. También, la mentira. Y el cinismo. Y muchas otras cosas feas. Pero son conceptos. Y los manejamos con palabras. O los manejábamos. Porque eso ya no está de moda. Escribir en un blog ya no mola. Hoy usamos memes.
Así que la teoría indica que los impactos, que los memes, deben ser continuos. La idea, sea la que sea, debe deslizarse en el sistema límbico del sujeto —que es donde dicen que se crean las emociones—, y saturarlo hasta bloquear el paso a la razón completamente. Bloquearlo hasta dejar insensible al sujeto al pensamiento lógico. Como la razón suele localizarse detrás de la frente —y lejos del núcleo cerebral, mucho más primitivo e imbricado en nuestro comportamiento—, es relativamente fácil sabotearla. El método más usual es excitar las emociones mediante la repetición, la exageración y la falsedad. Si se pone suficiente empeño, se consigue polarizar a cada individuo, y hacerlo dimitir de su condición de ser racional. Luego, ya se puede hacer con él lo que se quiera.
Por ejemplo, se le puede hacer creer a alguien que la victima de una invasión es el agresor. O que los aliados son el enemigo (y los enemigos, amigos). O que subiendo aranceles se bajan los precios, o que despidiendo gente se protege la libertad, o que las vacunas no funcionan y son una conspiración, o que extorsionar e intimidar demuestran excelencia negociadora. ¡Se les puede incluso convencer de que el gobierno de los oligarcas, que llegaron a serlo por su capacidad para hacerse con lo de los demás, les hará también a ellos ricos!
Pues sí, los memes infinitos son la forma en que los grandes manipuladores construyen mayorías que solo duran lo que duran las elecciones. Y las construyen desde los bolsillos de los ciudadanos, cuyos teléfonos móviles se han convertido en eficaces imprentas de memes que llegan a todo el mundo a todas horas, sin cesar.
Sí, bienvenidos al mundo de la Meme politics.