jueves, enero 02, 2025

Elegía del profesor Joan Guinovart

El 28 de febrero de 2014, unos padres atribulados le escribían un breve correo electrónico al célebre profesor Joan Guinovart en busca de orientación académica para su hija, a pocos meses de decidir qué carrera universitaria seguir. Guinovart había fundado años antes el Institut de Recerca Biomédica de Barcelona, y formaba un tándem muy reputado con Joan Massagué, uno de sus más afamados discípulos. Las probabilidades de que ni siquiera respondiera eran altas. Sin embargo, pocos días más tarde, toda aquella familia ─la mía─ se sentaba frente a él en una de las salas de juntas de su querido IRB. Era el inicio de una carrera de éxitos.


De eso hace, ¿cuánto? En un par de meses, serán diez años. Y sin embargo, recuerdo una de las preguntas que le disparó a nuestra querida hija: «¿Por qué quieres ser investigadora?» 

No voy a idealizar la figura de Guinovart más allá de lo mucho que ya lo han hecho las personas que lo trataron. Es posible que la pregunta formara parte de una batería de preguntas y respuestas formuladas y escuchadas para innumerables aspirantes antes que nuestra hija. El caso es que la magia volvió a funcionar. Salimos de aquella primera entrevista, una tarde de invierno de 2014, con una serie de ideas que la experiencia ha ido confirmando con el paso de los años. Guinovart no solo había salido a buscarnos personalmente a la entrada de su Instituto, donde durante el día trabajaban cientos de investigadores a su cargo. También le había ofrecido a nuestra hija una estancia de prácticas para ese mismo verano. Intentaba así remediar desde su posición la endémica falta de apoyo al talento científico entre los jóvenes, Aunque luego, habría más oportunidades para nuestra hija de tratar con él, aquella esa sería la primera de muchas líneas en su brillante currículum académico. 

Ahora no quiero extenderme mucho. La noticia de su muerte en la madrugada del primero de enero del 2025 me ha cogido por sorpresa y no tengo palabras para expresar la tristeza y el sentimiento de injusticia que me causa su prematura marcha a los 77 años.

Profesor Joan Guinovart, capitán de varias generaciones de jóvenes talentos, hasta siempre.