jueves, julio 13, 2023

Lengua no es cultura

Sí, cuántas veces no habremos oído en Cataluña que solo la cultura en catalán es cultura catalana. Que solo se puede hacer cultura en una lengua que, por simplicidad, se llama precisamente catalán. El argumento puede sonar razonable, pero se vuelve en contra al referirnos a otros territorios que no se llaman Cataluña, aunque astutamente queramos asimilarlos bajo la denominación de Països catalans.



El caso es que la cultura de un país es la cultura que hacen sus ciudadanos, sin importar la lengua que utilicen. Porque la lengua no hace cultura. La lengua es solo un protocolo de comunicación. Una lengua vale tanto como lo que se exprese en ella. Intentar atar la cultura a una lengua determinada es suicida, porque la cultura debe ser libre y no venir ligada a unas convenciones lingüísticas. Pongamos el caso de las lingue franche. En la actualidad, la preponderancia del inglés es producto de la antigua preponderancia económica de los países anglosajones, pero publicar un artículo en inglés NO es cultura anglosajona. Tampoco era ni es cultura francesa o germánica la producción en estas lenguas de artistas o científicos de cualquier otra procedencia que solo buscan un idioma de gran difusión para sus obras. 

Ahora que hemos establecido que escribir en catalán no hace por si solo cultura catalana, veamos qué hace cultura catalana.

En primer lugar, reconocer que Cataluña es un crisol de pueblos y todos sus habitantes vienen antes o después de otra parte. En esta tierra han recabado iberos, romanos, fenicios, griegos, visigodos, árabes, musulmanes, francos y carolingios... Y cada uno hablando una lengua propia que ha ido mezclándose y mutando a lo largo de los tiempos. De hecho, las primeras menciones a Cataluña la sitúan como una marca fronteriza bajo control franco.

Lo segundo es comprender que la importancia de una lengua depende de su poder transformador y pervivencia, de su producción cultural. Es decir, la cultura hace la lengua, y no al revés. Si estoy interesado en la historia de la balalaika, probablemente tendré que estudiar ruso. Si estoy interesado en hacer negocios en Siberia, probablemente tendré que estudiar ruso. Pero escribir un artículo en ruso no hace necesariamente cultura rusa.

En Cataluña se está insistiendo en una identidad artificial y peligrosa entre lengua y cultura. ¿Las canciones de Serrat en catalán son cultura catalana, pero las que tiene en castellano, no?

A menudo se argumenta que tras esta discriminación positiva que pretenden impulsar los poderes públicos regionales hay un intento por evitar la desaparición del catalán. Es una apreciación absurda. El catalán no fue preponderante pero tampoco desapareció durante los siglos en los que a decir de algunos fue reprimido por la centralidad española. El catalán sobrevivirá en la medida en que evite aspirar a aquello que no puede ser. 

Y lo que es válido para el catalán puede serlo también para una infinidad de lenguas regionales que han ido perdiendo influencia ante otras de mucha mayor difusión, como el irlandés.

Un gobierno regional debe preocuparse por fomentar la cultura por todos los medios posibles, sin ligarla a un idioma determinado, porque cada idioma presenta un desafío particular en sus leyes gramaticales y ortográficas, en su pronunciación. Un peso muerto que solo la calidad de las ideas que exprese puede justificar.

En resumen: La lengua no es cultura. Cultura es lo que se hace con las lenguas. Preocúpate de hacer cultura y deja de encorsetarla atándola a una lengua determinada.