viernes, diciembre 28, 2012

¡Vuela!

Los voluntarios de la Fundació Parc Aeronàutic de Catalunya llevan años luchando por preservar el patrimonio aeronáutico de este país —sea cual sea el país al que me esté refiriendo.

Y lo han hecho enfrentándose a administraciones hostiles o —en el mejor de los casos— indiferentes, sin apenas recursos y sin reconocimiento. Pero están aquí, y a punto de ver cumplidos uno de sus sueños más queridos: crear un museo aeronáutico único en el que cobren vida estas maravillosas máquinas que un día —aún pareciéndonos tan lejanas— nos hicieron volar con la imaginación. Es como encontrarse con un viejo amigo hecho de tela, metal, madera y sueños.

Situado muy cerca del nuevo complejo comercial de Sabadell, el museo contará con una superficie de más de 10.000 metros cuadrados para albergar a los más de sesenta aviones que constituyen actualmente su colección —la mayoría en vuelo.

...
No hay infierno debajo
Por encima nuestro, sólo cielo
... 

Podrías decir que soy un soñador
Pero no soy el único
Espero que un día te unas a nosotros
Y el mundo sea uno


John Lennon — Imagine
Deberías sentir el viento y este mundo en el que habitas plegarse y desaparecer para reaparecer contínuamente a ambos lados de las alas de un Bücker 131 Jungmann (Hombre joven) diseñado en los años 30 del siglo pasado.

Porque lo más maravilloso de los sueños es cumplirlos.









Foto Diego Rodríguez