martes, junio 01, 2010

PIGS, PIIGS, PIIGGS, PIIGGSG

La deuda, siempre la deuda.

Con ingresos siempre crecientes, las economías occidentales han gastado durante décadas mucho más de lo que ingresan. Y es que existía el convencimiento de que todo, tarde o temprano, tenía que subir. Incluso los más tontos se hacían de oro comprando a 1 y vendiendo luego a 2. Fue una época dorada para los nuevos ricos, los Señores del Ladrillo.

Pero una recesión duradera ha acabado por poner al descubierto el intrincado entramado de deudas en el que se ha enmarañado medio mundo. Ha llegado el momento en el que, incluso los más lerdos, han descubierto que los precios tienen un techo.

PIGS

En la economía, como en todo lo demás, imperan los estereotipos. Dícese de los estados del sur que son mucho menos rigurosos en el control del gasto, que son corruptos e impuntuales. Que no pueden cumplir sus propias promesas. Por ello, a mediados de los 90, a alguien se le ocurrió englobar a todas las economias del sur de Europa en el término PIGS. Esto es, Portugal, Italia, Grecia... y España.

Luego, una década más tarde, como consecuencia de un tsunami financiero llamado hipotecas basura originado en la fiebre inmobiliaria de los Estados Unidos, la crisis volvía a asolar la llanura europea. Y se cebaba en los más débiles. Nacía un nuevo Eje del Mal.

PIIGGSG
Luego, al extenderse la crisis, y con un ingenio digno de mejor causa, PIGS pasó a incluir Irlanda, y luego incluso Gran Bretaña. Así es como un término originalmente creado en un país anglosajón y generosamente utilizado por sus más influyentes medios, como Financial Times o The Economist, devoraba a su propio creador.

Algunos de estos países, como Irlanda, habían sido considerados modélicos por la modélica economía anglosajona. La misma que basada en sus prestigiosas compañías de calificación la solidez de un sistema financiero centenario.

Pero esos países modélicos se hundieron. Y, mientras, sus prestigiosas compañías de calificación no previeron lo que se venía encima y, si para algo sirvieron, fue para mejor coordinar los ataques de los especuladores. Moody's, Fitch, Standard & Poor's...

Luego, los expertos que siempre adivinan todo a posteriori, continuaron adivinando cosas. Y los grupos de presión siguieron reuniéndose en la sombra con sus agendas secretas. Y todos eran felices dentro de su infeliz mundo.

Hasta que un pequeño volcán en una remota isla empezó a calentar el manto de hielo que se acumulaba sobre sí desde hacía milenios. Y Europa se detuvo. Esta vez, de verdad.