martes, septiembre 11, 2007

Viaje a Italia - Prima Partita: ROMA

Al regreso de un viaje a Egipto, una conocida comentó con un lacónico 'mucho calor' su experiencia. En su momento, este comentario me pareció impropio, revelador de una gran insensibilidad histórica e incultura.

Pero si alguien me preguntara ahora por mi viaje de Roma, probablemente respondería con un 'todo muy viejo'. Bueno, ya sabemos que Roma conoció tiempos mejores hará como dos milenios. Pero los millones de visitantes que recibe la ciudad hoy en dia no vienen atraidos por brillante modernidad, sino por un pasado que los actuales italianos parecen incapaces de superar, y del que solo se limitan a aprovecharse.

La red de transporte urbano solo cuenta con dos viejas líneas de metro, y la mayoría de las máquinas expendedoras de billetes para metro y autobuses, que por supuesto no aceptan tarjetas de crédito, no funcionan.

El domingo de nuestra llegada no pudimos resistirnos a pasear por el centro histórico, el Foro Romano. Pudimos darnos cuenta de un hecho que nos acompañaría durante todo el resto del viaje: la creciente masificación en todos los lugares de interes histórico. ¿Serán las Low Cost?

El segundo día lo dedicamos al Vaticano. Cola enorme para entrar a la Basílica de San Pietro (San Pedro). Cola aún más enorme para la entrada a los Museos Vaticanos... Suficiente para desalentar al más forofo.

Advertencia: según la experiencia de unos familiares nuestros, las cartas enviadas desde la Posta Vaticana no llegan a su destino.

El tercer día nos dejamos perder por la periferia. Pirámide, Termas de Caracalla. Sensación de abandono, tocamos fondo. Muchos días de caminata. No merece la pena. En Roma se puede utilizar el coche para la mayoría de desplazamientos. El tráfico es fluido, y las normas son muy laxas.

El cuatro y último día de nuestra estancia en Roma, para cerrar la primera parte del viaje, nos reencontramos con la Roma que todos soñamos. Privada, personal. El Moisés de Miguel Angel estaba allí, medio escondido en San Pietro in Vincoli, al lado del Coliseo, pero sin aglomeraciones, y gratis...

¿Sería así Roma en la antigüedad?