domingo, enero 27, 2013

Trentemøller: The Power of Sound


I clearly remember the impression it made in me my first rock concert. It was Iggy Pop in Badalona, on May 31, 1979, and my brother Roberto was with me. Iggy jumped into the scenary and then on to the people watching below like a  modern day war genious, his ever naked torso.

Many years later, it came my first symphonic concert. It was the Orquestra Simfònica del Vallès playing some Ravel. Again, I had sort of a vision after it. So many people playing at the same time with so much incredibly precision and harmony amazed me. The music, the performance was so Oh!....

From those times, numberless concerts have come and gone lost somewhere in my memory.


On the early morning of Saturday January, 26th 2013, Danish electronic music producer Anders Trentemøller offered a DJ set session at the Barcelona Nitsa club following resident DJ Fra. It was a six hours high power sound wall for a crowded house that didn't allow Trentemøller to stop before 6 AM. And I spent all that time dancing like those tribal ceremonies around the bonfire, trying to find a place on the floor, but it was almost impossible. I was curious about this particular artist after having discovered him accidentally in Youtube and having talked about him with Sepiamusic Alma mater and neighbour Michael Adler Miltersen, so I took the effort to stand on a line and pass several security checks for the first time in many years.

The beauty of those one-man shows is the combination of machine - organic rythms that appeal to the inner primal human being and its unique and never returning nature, just like those sand Mandalas that are created just to be destroyed in order to symbolize the transitory nature of material life. And Trentemøller understands that very well.

When I walked off the place, it was raining, some people were dealing with maria and flowers just in front of the security guards, and my ears had a continuous tone that disappeared after a while. I think they call this ringing noise Tinnitus.

This was my 1st DJ session ever if you don't consider Kraftwerk concerts, but I had again that vision; The dream continues.


Photos Diego Rodríguez

sábado, enero 05, 2013

Arte sobre arte

Escuchar una película en sus voces originales es un placer. Pero tener también la posibilidad de escuchar la interpretación de la misma película en las voces de los dobladores es, con frecuencia, añadir arte al arte.


Carlos, mi hija Alejandra y Raúl durante el doblaje de Kenshin.
Todos los amantes del género conocen la importancia de los Seiyū (声優; seiyuu, literalmente actor de voz) en las producciones de anime japonesas. Sus voces dan vida y personalidad a los personajes y son en gran medida responsables del éxito o el fracaso de una producción.

Pues bien, estas vacaciones de navidad he tenido la oportunidad de ver trabajar a uno de los mejores y más prolíficos Seiyū españoles. Se trata Carlos Lladó. Y su talento no se limita al animé. La lista de actores a los que ha prestado su voz en las versiones en castellano y catalán de películas, series y anuncios es virtualmente inagotable. Desde Los Caballeros del Zodiaco, Fushigi Yugi o Inuyasha hasta C.S.I. o El Hobbit, Carlos ha puesto voz a más de doscientos personajes, y lo hace con una asombrosa facilidad de la que he podido ser testigo durante su interpretación del papel protagonista en la producción nipona del 2012, Kenshin, contando en esta ocasión con la gran profesionalidad en la mesa de control de Raúl Echeverría. También tuvimos el placer de ver en acción en una convocatoria posterior a Cristal Barreyro, una joven —aunque experta— actriz y cantante, dando la replica en el papel protagonista femenino a Carlos.

Alejandra, "asistiendo" a Azucena con el guión.
Pero tener el placer de ver en acción a estos artistas no habría sido posible sin la amabilísima invitación por parte de Azucena Díaz, directora artística de una de las empresas de doblaje más activas de España, Dubbing Films. Azucena, además, ha prestado su voz desde su infancia en cientos de producciones. Memorable es, por citar sólo un ejemplo, su narración de la vida de Siddharta en la película del 2011 basada en el manga del célebre Ozamu Tezuka, Buda, el gran viaje.

Trabajando muchas veces en la sombra, son personas como ellos quienes hacen posible cada día que producciones de países tan diferentes suenen como propias, acercándonos sus emociones, sus historias y sus culturas, y derribando al hacerlo barreras entre los pueblos.

Se trata de arte sobre arte, o como Azucena dice, de doblar por amor al arte.


Para saber más, Dubbing Films, eldoblaje.com.