tag:blogger.com,1999:blog-99625932024-03-26T14:33:47.142+01:00Aerial PhenomenaThere are not other worlds, but they are here.Unknownnoreply@blogger.comBlogger282125tag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-91877860624532244442024-03-19T12:48:00.002+01:002024-03-19T12:51:27.963+01:00Aquella maravillosa organización que flotaba sobre un bosque de hojas de cálculo<h4><br />Es un lugar común que las grandes organizaciones se ralentizan y encarecen debido a la profusión de controles y formularios. Pero no solo es eso: fragilizan la gestión, oscurecen la verdad y dificultan la toma de decisiones. Y sin embargo, siguen funcionado. ¿Cómo es posible? ¡Un oscuro ejercito de creadores y manipuladores de hojas de cálculo se encarga de mantener la organización a flote!</h4><p></p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_zFrPMFcWpqcdWaLhqo75efUCQnHmMiAjapHq_SDSph9n2wQ6q_XUXhddZkWXpmVR0XYVU-0QN78_FA7iZBm6kSlGBqQhWBSCgyLYPUuPrnuRbZ_lU50H12z5WJU2Y6bL4ctUFQmFXhS6UsxfHysPl4T8Db0f6ycLKbUVTAJUcAIy4y7DJNjOqA/s1024/spreadsheet.jfif" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg_zFrPMFcWpqcdWaLhqo75efUCQnHmMiAjapHq_SDSph9n2wQ6q_XUXhddZkWXpmVR0XYVU-0QN78_FA7iZBm6kSlGBqQhWBSCgyLYPUuPrnuRbZ_lU50H12z5WJU2Y6bL4ctUFQmFXhS6UsxfHysPl4T8Db0f6ycLKbUVTAJUcAIy4y7DJNjOqA/s320/spreadsheet.jfif" width="320" /></a></div>
La aparición de interfaces gráficas y hojas de cálculo a principios de los años 80 del siglo pasado permitió a muchas pequeñas empresas expandirse a un coste razonable, generando nuevos sistemas de gestión transparentes, flexibles y fáciles de usar. Pero también las empresas grandes se hicieron rápidamente seguidoras del culto a la hoja de cálculo como método de entrada a sus mastodónticos sistemas de gestión, y también como método de explotación de datos. La llegada de internet impulsó la posibilidad de compartir las hojas de cálculo entre varios usuarios y localizaciones, asentando así todavía más su dominio en el panorama empresarial. <p></p><p>Pero las hojas de cálculo no sustituyeron los caóticos sistemas CRM, ERP, SCM, PLM y demás, de los que SAP es la quintaesencia. En lugar de eso, se mezclaron en los procesos aprovechando su versatilidad y atractivo visual, y terminaron conviviendo todos juntos en un magma cada vez más impenetrable. Así fue como los empleados terminaron bajando datos de sistemas, alimentando hojas de cálculo y subiendo sus resultados de nuevo a los mismos sistemas de los que previamente habían bebido.</p><p>No olvidemos que detrás de cada hoja de cálculo hay normalmente uno o más seres humanos luchando por mantenerla alineada con otras hojas de cálculo o sistemas de datos, en procesos que consumen tiempo, son costosos, y los desalientan y desmotivan.</p><p>Sin embargo, la legendaria incapacidad de las jefaturas para entender los arcanos de una simple base de datos relacional convirtieron esta verdadera lacra en una necesidad para comprender mínimamente el negocio. Esto y la imposibilidad de hacer migraciones sin arriesgarse a una considerable pérdida de datos ha estado ralentizando la velocidad a la que las grandes empresas (las más afectadas por este panorama) pueden agilizar sus procesos.</p><p>Y esto no tiene que ver con las herramientas de visualización y paneles de mando, siempre tan apreciados en los despachos de alta dirección, sino con la gestión misma de los datos desde su concepción.</p><p>Esto tiene que ver con una cultura empresarial que en mi opinión debería orientarse a considerar que la gestión de la información debe ser abordada de abajo arriba, evitando la manipulación manual, y preservando la flexibilidad que todo organismo necesita si quiere sobrevivir. La prevalencia de las hojas de cálculo en el panorama empresarial nos da una idea de que para muchas organizaciones esta visión es aún muy lejana.</p><p>¿Cambiará en algo la irrupción de herramientas de IA? Puede que solo sofistique y engorde esa capa de hojas de cálculo, pero sin abordar en profundidad la adaptación de las herramientas integrales porque su enorme complejidad las protege. </p><p>Veremos.</p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-25241642832538159942024-01-18T18:25:00.004+01:002024-03-26T14:33:15.939+01:00Con diez años de retraso, he probado un coche eléctrico. Esto es lo que he aprendido.<h4>Con idas y venidas, vacilaciones y retrasos, la electrificación de los vehículos particulares prosigue su marcha. A los usuarios nos va tocando olvidar litros, caballos, repostaje instantáneo. Y aprender algunas cosas nuevas.</h4><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEif4bWOKTH66f4zWcuZ2Qxa0iOdyRNscmDA1T9JUSx3s7Uy8gR2UncKhwjHYfpco4y5k-dp0tPynMJs4GCpqFSs9e92OZI0LJkuaysJiqnrdfuNg9y8dP3hagbbNXPAyzdZY5x0uuql4SkS2WVDAUk103zzQ1zdqkXx0jEBnt49D2XV3nAMAmd9HA/s2697/20240110_175036.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1816" data-original-width="2697" height="215" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEif4bWOKTH66f4zWcuZ2Qxa0iOdyRNscmDA1T9JUSx3s7Uy8gR2UncKhwjHYfpco4y5k-dp0tPynMJs4GCpqFSs9e92OZI0LJkuaysJiqnrdfuNg9y8dP3hagbbNXPAyzdZY5x0uuql4SkS2WVDAUk103zzQ1zdqkXx0jEBnt49D2XV3nAMAmd9HA/s320/20240110_175036.jpg" width="320" /></a></div>Llevo años conduciendo un hibrido, así que para mí no es novedad la marcha silenciosa y suave de un motor eléctrico. Pero nunca había conducido un coche eléctrico total. Una oferta tentadora de Hertz lo hizo posible. Se trató de un Polestar2, un coche de prestaciones premium que pude conducir durante unos días. Después de probar las emociones propias de sus recuperaciones ultra rápidas (¡respetando siempre los límites de velocidad!), lo primero que hice fue familiarizarme con los datos que todo usuario de vehículos eléctricos debería conocer: La capacidad de su batería, que se mide en kWh, y a qué ritmo se descarga y recarga, medidos en kW.<p></p><p>Para entrar en contexto, digamos que un coche medio tiene una batería de 60 kWh. En un uso normal en cuanto a velocidad, peso, perfil de la ruta, estilo de conducción, uso del aire acondicionado, temperatura exterior, etc. la batería puede descargarse a un ritmo de unos 20 kWh cada 100 kilómetros. Eso nos da un alcance de 60/20 = 300 kilómetros. Los coches más avanzados pueden descargarse más lentamente, de la misma forma que los vehículos de motor de combustión interna luchan por reducir el consumo de litros de combustible por cada100 kilómetros.</p><p>En cuanto al tiempo de recarga, un punto doméstico suele ofrecer entre 3,6 a 7 kW monofásicos, o hasta 11 kW trifásicos, usando conectores tipo 2. En el caso de puntos de recarga públicos gratuitos (como los de los supermercados Mercadona), suelen ser de 3,7 kW, mientras que los de pago alcanzan los 43 kW. Es cierto que la cifra puede aumentar mucho, hasta los 250 kW con conectores tipo CCS, pero es difícil encontrarlos de 100 o más kW. En cualquier caso, a la recarga se aplica la misma aritmética sencilla que al consumo: Una batería de 60 kWh, a 11 kW tardará unas 6 horas en llenarse al completo. A 100 kW, unos 36 minutos. Sin embargo, como en el caso del consumo, el tiempo puede variar mucho en función del estado del cargador u otros factores. Además, la velocidad de recarga siempre se ralentiza al aproximarse al lleno.</p><p>Por lo que respecta al coste, el precio del kWh en los cargadores públicos de alta potencia están rondando en España a fecha de hoy entre 36 y 42 céntimos de euro, lo que implica que llenar una batería de 60 kWh nos valdrá unos 24 euros.</p><p>Estas cifras van a ir variando lógicamente con el tiempo, y en mi opinión dejarán de resultar interesantes cuando la fuente de energía sean las propias placas fotovoltaicas domésticas, y las baterías tengan capacidad y durabilidad en exceso como para olvidarse de ellas.</p><p>Será esa una gran simplificación.</p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-58796262338257185502023-11-09T19:14:00.007+01:002024-03-26T14:14:35.527+01:00No me des más emociones. Dame más capacidad para entender el mundo.<h4>Cuando Galileo apuntó su telescopio a la Luna, por primera vez en mucho tiempo la vista superaba a la imaginación. Hasta ese momento, el principal instrumento para conocer la realidad había sido la mente. Ni astrolabios, ni cuadrantes, ni teodolitos habían servido para otra cosa que para asentar, aclarar la idea que del mundo había nacido en la mente de los hombres. Y desde entonces, con el primer telescopio, la distancia entre experiencia e idea no ha cesado de agrandarse.</h4><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjq0Rxtff4p79QWYw5Ho0UBwpdnrWAv2DMR9OCxeKNbYQ6s0j3xkiGdV1Q_vx5TC4u7hK3YVHwpk4KJRpU_UyTxa7SAvIFgBJGz1Rq8NodpV9rCG3Ye-cqoN-uSGZQ8WIaIzU5G1B5fsyIjoJdhiVW3e83rXASqSasZqDdD_n5HEJ2TaM8WVrLClA/s1024/b6b4f8e6-d128-4890-9e69-712b8a652d49.jfif" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1024" data-original-width="1024" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjq0Rxtff4p79QWYw5Ho0UBwpdnrWAv2DMR9OCxeKNbYQ6s0j3xkiGdV1Q_vx5TC4u7hK3YVHwpk4KJRpU_UyTxa7SAvIFgBJGz1Rq8NodpV9rCG3Ye-cqoN-uSGZQ8WIaIzU5G1B5fsyIjoJdhiVW3e83rXASqSasZqDdD_n5HEJ2TaM8WVrLClA/s320/b6b4f8e6-d128-4890-9e69-712b8a652d49.jfif" width="320" /></a></div>Para la segunda década del siglo XXI, los nuevos instrumentos no cesaban de inundar los laboratorios de cifras y medidas provenientes de todos los rincones de la realidad. Desde los gigantescos aceleradores de partículas hasta los telescopios espaciales, desde los laboratorios donde se realizan análisis célula a célula hasta las miríadas de sensores diseminados por todo el planeta Tierra y el sistema solar. Y ante este alud de datos, de hechos, para procesarlos, para comprenderlos... el mismo cerebro que el de nuestros ancestros del neolítico.<p></p><p>Por supuesto que se trata de un cerebro que ha ido cambiando en cuanto a su forma de percibir y comprender el mundo que le rodea. Pero no lo ha hecho al ritmo exponencial al que han crecido los conocimientos que han reunido nuestras máquinas. ¿El resultado? Nos hemos convertido en analfabetos tecnológicos.</p><p>Podría ser que un campesino de la Europa del siglo XVI alcanzara a entender algo o la mayor parte de la física del momento. Hoy en día, no es concebible que ni siquiera una persona ilustrada pueda dar fe del contenido o funcionamiento de un teléfono móvil. Pero son humanos quienes hacen teléfonos móviles. </p><p>Entonces, ¿cómo es posible? La respuesta es la super-especialización. Unos pocos humanos saben muchísimo de un tema muy concreto, mientras que el resto se van deslizando por la pendiente de la ignorancia. Pero incluso la super especialización tiene un límite. Como decía el profesor Guinovart, si antes para hacer un artículo de investigación biomédica bastaba con hacer una gráfica con cuatro ratones, hoy se necesita de bioestadística y una apreciable cantidad de recursos informáticos para descubrir algo.</p><p>Y es que la capacidad humana para nadar en yottabytes de información es muy limitada. El ser humano tiene una terca tendencia a usar analogías extraídas de su experiencia diaria para entender el mundo que se encuentra más allá de esa experiencia diaria. De la misma forma que nos gusta imaginar a Dios como una especie de adorable abuelo barbudo, intentamos aplicar al universo lejano y también al quántico la misma lógica que rige en nuestra sala de estar.</p><p>Así que la alternancia entre sentido y pensamiento parece haberse roto. Y con personas cada vez menos capaces de entender lo que las máquinas le muestran del mundo, vamos camino del caldo de cultivo perfecto para una dictadura del conocimiento. Una dictadura en la que tendremos, por encima, unas elites detentadoras del poder para conocer, y por debajo, un vulgo incapaz de entender su propia realidad. No porque no tengan acceso físico al conocimiento, sino por carecer de capacidad e interés para conocer.</p><p>A mi solo se me ocurre defenderme usando la IA. Al mundo ya no le hacen falta más sensores ni más información, sino más capacidad para pensar, para razonar, para anteponer la verdad a las emociones. Necesitamos entender un mundo cada vez más complejo y extraño. Tenemos que re-equilibrar la balanza entre nuestra capacidad para percibir, para recibir emociones, por un lado, y nuestra capacidad para entender, para comprender, para ser conscientes, por el otro. Y sí, creo que una IA generalista y de acceso universal puede abrir caminos hacia ese nuevo estadio de hiper-conocimiento. <br /><br />Y quién sabe, quizá hacernos más humanos.<br /><br /><br /><span style="font-family: courier; font-size: x-small;">PD. La IA ha analizado este texto, y me ha recordado que, aunque mi enfoque es «prometedor»,«[...] también es importante tener en cuenta los posibles desafíos y riesgos asociados con la dependencia de la IA. Por ejemplo, las preocupaciones sobre la privacidad de los datos, la ética de la IA y la posibilidad de que la IA refuerce sesgos existentes son temas importantes a considerar al debatir el papel de la IA en la sociedad». Dicho queda.</span></p>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-67545837494493561402023-08-24T17:37:00.010+02:002023-08-24T23:07:25.408+02:00El verano de Oppenheimer<h4>No he visto <i>Oppenheimer </i>(película) y sin embargo voy a opinar sobre ella. Lo digo por si quieres dejar de leer ahora. Ya sé que está muy feo juzgar lo que no se conoce, y seguro que Hollywood también prefiere que, piense lo que piense, pase por taquilla y luego critique. Pero, si eso te ayuda, he visto muchos documentales sobre el personaje, y un montón de tráileres y críticas sobre esta película, así que me voy a arriesgar.</h4><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVIEGs90ePyUxE8epM554t2cnw6U4zmJ6QyyoN3K1gJo23D3DUvHT73lxzh4FsNXNR2FjtLfLpTbLojsDycezDcj6KWXdGFl-BR8eQ36xDr4-vnh5q2M-p75ZGXhSvCnuf1q832_Dph5WnfGcaVeShmSZggjP6m1G3NHlt4WeYyFYmvEaiw_X1QQ/s1280/OppenheimerJudas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1280" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVIEGs90ePyUxE8epM554t2cnw6U4zmJ6QyyoN3K1gJo23D3DUvHT73lxzh4FsNXNR2FjtLfLpTbLojsDycezDcj6KWXdGFl-BR8eQ36xDr4-vnh5q2M-p75ZGXhSvCnuf1q832_Dph5WnfGcaVeShmSZggjP6m1G3NHlt4WeYyFYmvEaiw_X1QQ/s320/OppenheimerJudas.jpg" width="320" /></a></div>Se estima que la producción gastó unos cien millones de dólares en recrear aspectos de la vida del físico, muchos de los cuales se pueden leer en biografías como <i>Prometeo americano: El triunfo y la tragedia de J. Robert Oppenheimer</i>. Ya se le compare con Prometeo o Krishna, Oppenheimer parece encarnar el papel del hombre condenado a asumir el sacrificio de la responsabilidad, el fusible cuya abnegación hace posible la supervivencia de la civilización. Pero la idea de la fisión atómica como arma nació en la mente de muchos otros antes y muy lejos de Nuevo Méjico. Por más que los rasgos judíos hayan desaparecido del rostro del protagonista, Robert Julius Oppenheimer es solo el maestro de ceremonias de una especie de Sabbath al que acuden otros padres judíos de la bomba atómica, como Einstein o Teller. Tengo entendido que la película incluso escoge otro personaje judío como antagonista, un tal Strauss.<div><br /></div><div>Con estos mimbres es fácil despertar en la mente del espectador una asociación con la escena de la última cena, en la que Oppenheimer acepta quedar como el Judas que ha mancharse las manos para que la blanca América pueda ascender a los cielos como primera potencia atómica.</div><div> </div><div>Todo era mucho más terreno: Era preciso frenar la expansión de la Unión Soviética en Europa y Asia, y había que aumentar la escala y velocidad a la que se podía matar. Sin miedo a represalias, sin competidores, no había ninguna encrucijada moral que usar como excusa para demorar el uso de una bomba atómica en el Teatro de operaciones —aunque el Teatro de operaciones fuera una enorme extensión de casitas de madera apeguñadas en un valle habitado por decenas de miles de mujeres y niños.</div><div><br /></div><div>Oppenheimer, la película, no se mete en estas profundidades geoestratégicas y prefiere usar la antigua formula de <i>tetas y peleas</i> para mantener la atención del espectador, según leo. No me sorprendería de un director cuyos antecedentes incluyen obras maestras del cine intelectual como las adaptaciones del inmortal Batman, o la melodramática Interstellar. </div><div><br /></div><div>No, la superproducción de Hollywood <i>Oppenheimer </i>no me interesa lo más mínimo ni tengo curiosidad por ver cómo reprodujeron la explosión de Trinity sin efectos de ordenador. La película encumbra a un hombre por lo que ha hecho, sin prestar atención a sus consecuencias. </div><div><br /></div><div>Eso es o cinismo o estupidez. Y los mil millones de dólares a los que se va acercando su recaudación en todo el mundo (menos Japón) no permiten hablar de lo segundo.</div><div><br /><div><div><br /></div><div><br /><div><br /></div><div><br /></div></div></div></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-47855667487615724062023-08-03T11:18:00.006+02:002023-08-03T11:21:00.589+02:00¿Por qué nadie se cree la web de su propia empresa?<h4>A menudo, los empleados de las organizaciones transitan por la web interna de su compañía en busca de herramientas obligatorias para esta o aquella tarea. Jamás en busca de información relevante sobre su propio futuro. Saben que la web corporativa es el último lugar donde encontrarla. Pero, si todos lo saben... ¿por qué siguen ahí las webs corporativas?</h4><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2v7Drb8jVAP-Cb7EwqDehF245cBaEIGMz3QPh9OIHQV3L7ffqj5kGRxJuulWfEyV5i1HfI41yfMyckR5G9k5wvbouSQ-sRmsqZGPXcfWg2-xCQm9FOvNf7wi3UB_ashSojKAknksIxgJPW8BzteFnDsMrb_M52VYL1NaWtsZ4U66f1beDQNI5Tg/s560/MENTIRA.png" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="560" data-original-width="557" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2v7Drb8jVAP-Cb7EwqDehF245cBaEIGMz3QPh9OIHQV3L7ffqj5kGRxJuulWfEyV5i1HfI41yfMyckR5G9k5wvbouSQ-sRmsqZGPXcfWg2-xCQm9FOvNf7wi3UB_ashSojKAknksIxgJPW8BzteFnDsMrb_M52VYL1NaWtsZ4U66f1beDQNI5Tg/s320/MENTIRA.png" width="318" /></a></div>Es muy lógico suponer que la web de una empresa sea usada como escaparate al mundo perfecto de sus productos y servicios. Lo que resulta menos comprensible es que se use de la misma forma para <i>comer el coco</i> a los empleados sobre su excelencia ética, su inclusividad o la bondad de sus decisiones. Es justo ahí donde más duele al empleado el contraste entre una realidad que conoce bien y los intentos de la organización por venderle una realidad alternativa.<p></p><p>Hemos discutido en otros artículos cómo el perímetro de una organización se define por el espacio común de información. Si la organización no es sincera con sus propios colaboradores, los está excluyendo de su seno y no debería luego reclamarles fidelidad o entrega. Y sin estos valores, la organización es como el tronco muerto de un árbol. Puede ser grueso, puede ser alto, pero no resistirá los embates del viento porque es rígido, pero no fuerte.</p><p>La intranet debe ser el espacio donde el colaborador se siente parte de su organización, y no solo otro agente con el que la empresa se ve obligada a tratar en aras de conseguir sus objetivos.</p><p>Es muy lamentable que los colaboradores vean en los correos de sus altos ejecutivos una fuente de <i>spam</i>, y en su intranet, pura propaganda.</p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-70549450164126181512023-07-13T19:07:00.013+02:002023-08-03T12:06:37.605+02:00Lengua no es cultura<h4>Sí, cuántas veces no habremos oído en Cataluña que solo la cultura en catalán es cultura catalana. Que solo se puede hacer cultura en una lengua que, por simplicidad, se llama precisamente catalán. El argumento puede sonar razonable, pero se vuelve en contra al referirnos a otros territorios que no se llaman Cataluña, aunque astutamente queramos asimilarlos bajo la denominación de <i>Països catalans</i>.</h4><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQkw9E6ashvjVfLl_eJeEsHww3qp2pTztgBZrZyLOS83CroOlt9JxgaD7RI1vE4bwhycug4V_JqFL7XT9iZmCJjp_DzBYvlzjp4P11h9XmjaStYCIaCWH9zigFDqa2Ivvw8JnNEMnPMtqcuO-z5eVVswzmqopk5O3PAYHDdu4r2yBGq2Oq__JlKQ/s464/Tongue.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="464" data-original-width="457" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQkw9E6ashvjVfLl_eJeEsHww3qp2pTztgBZrZyLOS83CroOlt9JxgaD7RI1vE4bwhycug4V_JqFL7XT9iZmCJjp_DzBYvlzjp4P11h9XmjaStYCIaCWH9zigFDqa2Ivvw8JnNEMnPMtqcuO-z5eVVswzmqopk5O3PAYHDdu4r2yBGq2Oq__JlKQ/s320/Tongue.png" width="315" /></a></div>El caso es que la cultura de un país es la cultura que hacen sus ciudadanos, sin importar la lengua que utilicen. Porque la lengua no hace cultura. La lengua es solo un protocolo de comunicación. Una lengua vale tanto como lo que se exprese en ella. Intentar atar la cultura a una lengua determinada es suicida, porque la cultura debe ser libre y no venir ligada a unas convenciones lingüísticas. Pongamos el caso de las <i>lingue franche</i>. En la actualidad, la preponderancia del inglés es producto de la antigua preponderancia económica de los países anglosajones, pero publicar un artículo en inglés NO es cultura anglosajona. Tampoco era ni es cultura francesa o germánica la producción en estas lenguas de artistas o científicos de cualquier otra procedencia que solo buscan un idioma de gran difusión para sus obras. <p></p><p>Ahora que hemos establecido que escribir en catalán no hace por si solo cultura catalana, veamos qué hace cultura catalana.</p><p>En primer lugar, reconocer que Cataluña es un crisol de pueblos y todos sus habitantes vienen antes o después de otra parte. En esta tierra han recabado iberos, romanos, fenicios, griegos, visigodos, árabes, musulmanes, francos y carolingios... Y cada uno hablando una lengua propia que ha ido mezclándose y mutando a lo largo de los tiempos. De hecho, las primeras menciones a Cataluña la sitúan como una marca fronteriza bajo control franco.</p><p>Lo segundo es comprender que la importancia de una lengua depende de su poder transformador y pervivencia, de su producción cultural. Es decir, la cultura hace la lengua, y no al revés. Si estoy interesado en la historia de la balalaika, probablemente tendré que estudiar ruso. Si estoy interesado en hacer negocios en Siberia, probablemente tendré que estudiar ruso. Pero escribir un artículo en ruso no hace necesariamente cultura rusa.</p><p>En Cataluña se está insistiendo en una identidad artificial y peligrosa entre lengua y cultura. ¿Las canciones de Serrat en catalán son cultura catalana, pero las que tiene en castellano, no?</p><p>A menudo se argumenta que tras esta discriminación positiva que pretenden impulsar los poderes públicos regionales hay un intento por evitar la desaparición del catalán. Es una apreciación absurda. El catalán no fue preponderante pero tampoco desapareció durante los siglos en los que a decir de algunos fue reprimido por la centralidad española. El catalán sobrevivirá en la medida en que evite aspirar a aquello que no puede ser. </p><p>Y lo que es válido para el catalán puede serlo también para una infinidad de lenguas regionales que han ido perdiendo influencia ante otras de mucha mayor difusión, como el irlandés.</p><p>Un gobierno regional debe preocuparse por fomentar la cultura por todos los medios posibles, sin ligarla a un idioma determinado, porque cada idioma presenta un desafío particular en sus leyes gramaticales y ortográficas, en su pronunciación. Un peso muerto que solo la calidad de las ideas que exprese puede justificar.</p><p>En resumen: La lengua no es cultura. Cultura es lo que se hace con las lenguas. Preocúpate de hacer cultura y deja de encorsetarla atándola a una lengua determinada.</p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-64495665070612333582023-06-10T17:30:00.005+02:002023-06-10T17:41:23.819+02:00«En esta empresa no tienes que dejar tu identidad en la puerta»<h4>Érase una vez, tenía yo la intención de mantener una charlita con una nueva compañera de trabajo en la que pretendía hacerle ver la conveniencia de no hacer ostentación de sus convicciones o costumbres religiosas en la oficina. La mañana escogida me encontré con que la entrada al edificio había sido coloreada con un arcoíris en el que se podía leer «En esta empresa no tienes que dejar tu identidad en la puerta». Y yo... ¡que siempre había pensado que para formar parte de cualquier comunidad tenía que estar dispuesto a dejar algo en la puerta! ¿Te imaginas hacerle caso al rótulo al pie de la letra?</h4><p>Hemos comentado en otras ocasiones que la sociedad, o la historia, o lo que sea, raramente avanza de forma lineal. Más bien, a trompicones. Con idas y venidas. Con exageraciones unas veces y clamorosos silencios otras. Así por ejemplo, Teherán pasó en pocos años de capital cosmopolita y liberal a capital de los ayatolás.</p><p>Estos días en los que en occidente se celebra el Día del orgullo gay, muchas corporaciones han constatado que esos años en los que proclamar el apoyo a la causa salía gratis han pasado. Por un lado, los potenciales clientes a los que se pretendía halagar ya han descontado tiempo ha la deferencia. Por otro, los que no se sentían particularmente concernidos empiezan a marearse con tanta sopa de letras y se preguntan si no se estará forzando la máquina con tanta insistencia de definirse. Y por supuesto, los que ya se sentían ofendidos al principio han conseguido por fin organizarse e incluso reclutar para la causa el creciente número de los que se han sentido excluidos del primer grupo.</p><p>El resultado es un creciente número de ciudadanos a los que se les empuja a mostrar su apoyo a lo que no dejan de ser prácticas o preferencias o inclinaciones personales que precisamente no deberían difundirse por la esfera social. Y no deberían porque todo ser humano tiene derecho a preservar su intimidad.</p><p>Por supuesto que todo hombre tiene derecho a sentirse mujer; toda persona de piel blanca, a sentirla negra; toda persona estéril, a sentirse progenitor. Pero nunca ha funcionado bien empujar a nadie a imponer sus derechos a los demás. Por más que yo tenga derecho a sentirme sanador, habrá que estar a lo que decida el colegio de médicos para poder ostentar el título de doctor.</p><p>Vivimos en sociedad, el menos malo de los sistemas que hemos encontrado para convivir en esta roca llamada Tierra. Tenemos el derecho y el deber de formar a los nuevos ciudadanos no solo en sus derechos, sino también en las obligaciones de la vida social. Obligaciones que imponen por ejemplo los modales, la discreción y cosas tan aburridas como el protocolo. </p><p>Y por supuesto que siempre hay que abandonar parte de tu personalidad cuando pretendes colaborar con otros. No puedes traslucir tu desgana ante una tarea aburrida, ni tu irritación ante un cliente pesado. No puedes mostrar tu inclinación ante una colega atractiva, ni farolear de melena ante un calvo. </p><p>Sinceramente, los líos que cada uno tenga con su orientación de género no me interesan lo más mínimo y no veo la necesidad de mostrar mi apoyo a ninguna de las infinitas colectividades que reclaman visibilizarse. Creo que lo que de verdad sobra en este sociedad son las etiquetas y la obsesión por encuadrarse, por ponerle un nombre a todo. ¡No habremos dicho de veces aquí que las palabras fueron creadas para mentir!</p><p>Que cada uno busque la felicidad como quiera, siendo muy consciente de que los vecinos también tienen derecho a dormir.</p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-66481775119886891522023-05-29T17:06:00.010+02:002023-08-03T11:22:52.735+02:00Europa y los regalos de Zeus<h4>Empieza a ser una odiosa costumbre por parte de la Unión Europea sentarse a esperar que los norteamericanos inventen algo, tengan demasiado éxito y terminen por a<i>menazar el modo de vida europeo</i> para imponerles una multa ejemplar y vuelta a empezar.</h4><div><br /></div><div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhILxD2SZ-JfsBM2xCzY_Ogd5stgcyTRwh9hk8ebethjGjqak-S1eyD3Dyf4XKBP94-TOACgHvoeYLHfC9E4YeJSm4IpXSP3lo94s2cOtfKeZ-cQOPKoaTv9egZntou_7_1LP3hYSBOZyaaGXWQi-c2Uv7OzTGzPtvXAZditX1Ke1uqugvLBZ8/s1200/1966.4_rapto-europa.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="675" data-original-width="1200" height="180" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhILxD2SZ-JfsBM2xCzY_Ogd5stgcyTRwh9hk8ebethjGjqak-S1eyD3Dyf4XKBP94-TOACgHvoeYLHfC9E4YeJSm4IpXSP3lo94s2cOtfKeZ-cQOPKoaTv9egZntou_7_1LP3hYSBOZyaaGXWQi-c2Uv7OzTGzPtvXAZditX1Ke1uqugvLBZ8/s320/1966.4_rapto-europa.jpg" width="320" /></a></div>Cuenta la mitología clásica que el dios Zeus, prendado de Europa, se transformó en un toro blanco y se mezcló con las reses que tenía el padre de la muchacha. Mientras Europa y su séquito recogían flores cerca de la playa, ella vio al toro y acarició sus costados y, al notar que era manso, se montó en él. Zeus aprovechó esa oportunidad: corrió al mar y nadó hasta la isla de Creta llevando a Europa en el lomo. Ya en Creta, Zeus reveló su auténtica identidad, y Europa quedó cautiva.</p><p>Como quiera que Europa se mostraba reacia a dejarse dominar, Zeus le regaló un collar y otros tres regalos: Talos (un autómata de bronce), Lélape (un perro que nunca soltaba a su presa) y una jabalina que nunca erraba. </p><p>Y Europa, aquella esbelta y hermosa joven, dijo vale. </p><p>Ahora, volvamos a nuestra Europa, igualmente hermosa aunque no tan joven. Zeus será Norteamérica. Y Europa sigue agitando sus manitas en señal de desaprobación de los magreos a los que Zeus la somete en forma de petabytes de información raptada.</p><p>A estas alturas de la película, hemos visto la escena demasiadas veces: ¡Multa récord a tal o cual compañía para que escarmienten y aprendan que aquí en Europa podemos ser muy lentos, muy burocráticos, muy corruptos, pero tenemos unos principios! Es incluso posible que anunciemos faraónicas inversiones para dotarnos también nosotros de invenciones con el potencial de cambiar la vida de las personas. Pero esto ya resulta aburrido porque sabemos que todo es comedia. La multa solo tiene por objetivo demostrar a la opinión pública que tiene un costosísimo gobierno comunitario que de vez en cuando se costea en parte multando a empresas norteamericanas. Y estas empresas pelean y se resisten teatralmente porque todos sabemos que la enorme y sonora multa es en realidad solo una fracción de los impuestos que no se han pagado en Europa.</p><p>Uno se pregunta qué pasaría realmente si la UE fuera un paso más allá en sus imprecaciones y amenazas y prohibiera el acceso al mercado europeo de las empresas norteamericanas que osen desafiar su tenaza reguladora. ¿Podría la UE frenar el acceso de los consumidores europeos a estos productos con la misma facilidad con la que impone multas a sus proveedores? ¿Podría evitar entrar en una espiral de represalias comerciales de las que jamás saldríamos bien parados?</p><p>Porque el asunto de fondo es este: Europa no innova. No lo hace al ritmo americano. Seguro que los políticos nos dicen que cada día se patentan miles de cosas, pero la realidad es que no tenemos nada con lo que competir de forma creíble con los Estados Unidos. Despreciamos su estilo de vida, su competitividad, su violencia y su despreocupación por disponer de una Seguridad Social. Pero al mismo tiempo, caemos una y otra y otra vez, y cada vez más profundamente, en la red de su increíblemente potente sistema corporativo. Se vive muy bien en la sociedad garantista y socialmente subvencionada europea cuando además se puede disponer al mismo tiempo de los frutos de otra sociedad mucho más endurecida. </p><p>Nos encanta nuestra forma de vida, sobre todo cuando la podemos revestir de los productos provenientes de otros rincones del mundo que carecen de ella. Y mientras, nuestra dependencia tecnológica (como aún lo es energética) es cada vez mayor.</p><p>Seguiremos amenazando y multando por abuso de posición dominante, infracción de leyes de protección intelectual o cualquier otra cosa a Microsoft, Amazon, Qualcomm, Intel, Google, Facebook, WhatsApp, Apple, Twitter, Netflix, Instagram, ChatGTP o cualquier otra. Pero Europa dormirá cada vez más profundamente el sueño de las naciones que se saben destinadas a servir de cuna de aquellos talentos que acabarán por emigrar a los Estados Unidos en busca de la posibilidad de innovar.</p><p>Y es que, seamos claros, aunque la sociedad norteamericana es muy desigual, los ricos allí viven mejor y se sienten admirados por sus conciudadanos. Es el poder del dólar, endeudado como está. Mientras Norteamérica conserve esa atracción para los mejores cerebros del mundo —y Europa permita que incluso le roben los suyos— sin realmente necesitar nada más de los demás, nadie va a cuestionar su liderazgo.</p><p>Ni siquiera China, ¡que ya debe ser una de sus primeras suministradoras de cerebros en dura competencia con Europa!</p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-39096363175517655582023-04-29T13:30:00.013+02:002023-07-12T15:39:06.796+02:00China y el Ciberleviatán<h4><br />José María Lassalle ha estado hablando desde diversas tribunas de la Inteligencia Artificial como arma suprema de control como parte de la visión confucionista del poder chino. Es decir, como una figura terrorífica pero que —al menos para Hobbes y el PCC— impone la paz y el orden necesarios para que la civilización progrese, y para que los individuos no amenacen ni sufran amenazas por parte de otros individuos. La idea parece buena. Pero, ¿ha funcionado hasta ahora?</h4>
<br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQkv8WHPa_0aqOpFk0FG2RFKZk1G_pt99H7KoEduitz1XLcGijcIQN1KkpmON-_3OuQAKqDbMXeUFkVMClGa32qMw6Y2YAMmlnVLRtlTm6Ck8Ak-cIdwTXZoiIS16vMA-apC7INhdQXtyK0RwHzguf9tPELx9LYqpZoQyBbV2Jzm4POL2L86M/s940/china-kpc--940x705@abc.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="705" data-original-width="940" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhQkv8WHPa_0aqOpFk0FG2RFKZk1G_pt99H7KoEduitz1XLcGijcIQN1KkpmON-_3OuQAKqDbMXeUFkVMClGa32qMw6Y2YAMmlnVLRtlTm6Ck8Ak-cIdwTXZoiIS16vMA-apC7INhdQXtyK0RwHzguf9tPELx9LYqpZoQyBbV2Jzm4POL2L86M/s320/china-kpc--940x705@abc.jpg" width="320" /></a></div>
En realidad, la idea de utilizar el control de lo que sea como herramienta de poder no resulta desde luego innovadora. El fin último de cualquier régimen (y de organismos de todo tipo) es perpetuarse, y la aplicación de la IA a este fin no podía ser menos. Pero, ¿es más? Es decir, la introducción de la IA ¿representa un cambio tan dramático como se nos presenta en el equilibrio de poder entre democracias defectuosas y regímenes autoritarios?<div><br /></div><div>En primer lugar, el concepto de herramienta ya nos sugiere la necesidad de una voluntad superior. Pretender crear herramientas inteligentes que no precisen de un juicio moral es una contradicción, dado que las herramientas responden precisamente a la necesidad creada por un juicio moral.</div><div><br /></div><div>Imaginemos por ejemplo un sistema autónomo de triaje en el servicio de urgencias de un hospital. El sistema evaluará cada paciente no solo con criterios de curabilidad y supervivencia, sino de calidad de vida futura e incluso de coste social.</div><div><br /></div><div>Y ahí entra el juicio moral.</div><div><br /></div><div>Quizá para una sociedad envejecida y superpoblada ese coste social sea un factor más decisivo que en otra más joven y pujante. Pero eso no lo puede determinar ningún modelo de lenguaje ni algoritmo. Es una percepción subjetiva. </div><div><br /></div><div>Es posible que un régimen autoritario sea capaz de desplegar con mayor celeridad las herramientas de control de masas que precisa, y es más que obvio que no dudará en usar las más sofisticadas que encuentre: Redes de cámaras, micrófonos y algoritmos de búsqueda capaces de registrar la actividad de cada ciudadano y confrontarla con las premisas emanadas por la dirección política del país. Esto ha sido así siempre, desde la introducción de la religión como herramienta de control de individuos que viven demasiado lejos del rey pero jamás del ojo escrutador de Dios. Y desde luego, nunca ha funcionado perfectamente. Con un control individual exhaustivo, China no ha sido aún capaz de erradicar la corrupción, el crimen y el desaliento entre sus habitantes, y desde luego no fue capaz de evitar una pandemia global.</div><div><br /></div><div>Sin embargo, hay un hecho diferencial en la IA respecto al uso de creencias religiosas o morales, leyes o poder bruto que hemos visto hasta ahora a través de los siglos: La IA ataca directamente la cabeza del organismo. No es simplemente un brazo más fuerte. ¡Es un reemplazo para la cabeza misma del organismo!</div><div><br /></div><div>Pretender usarla como una dócil herramienta de control de nuestros semejantes es un poco inocente.
La IA puede encontrar respuestas a preguntas que aún no nos hemos hecho. Y si eso ocurre, entonces habremos perdido la batalla por la supremacía en esta roca a la que llamamos hogar.</div><div><br /></div><div>Es necesario que el ser humano siga preguntando, cuestionando, guiando este nuevo poder que ya es irrenunciable. Irrenunciable como lo fue en su día el poder de la maquina de vapor o de la energía atómica.</div><div><br /></div><div>Es nuestra capacidad de seguir maravillándonos por nuestro entorno lo que nos permite mantenernos preguntando y preguntando. Mientras esto sea así, mientras la curiosidad sea consustancial a nuestra naturaleza, podremos decir:</div><div><br /></div><div><i>"IA, creo que este es el comienzo de una hermosa amistad".
</i></div><div><i><br /></i></div><div><i><br /></i></div>
Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-32597124121411892782023-04-14T12:46:00.037+02:002023-05-29T17:07:32.442+02:00La separación de poderes es un mito moderno.<h4>Mucho esmero se tomaron los padres fundadores de los estados modernos (en aquella época las madres no se dedicaban a la política) en separar y balancear diversos poderes con un único objetivo: evitar la tiranía. ¡Pero los poderes tienden a agruparse!</h4><div><br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4WYJuf9qi8ayvalRyPpOU1bJdSzatUpzRuTeFolQfdogK1rbuyfSpZ65UKdn5pk9EVYXvQNGqYnLkoPd8Jd_zx-OqPDcXJiGYmNOAk33X-MRv656i-nXYGuqz2r_xO4PPrS96XUk9Pmd3VMAMPsLnKsIBAdoqE9T0U2UzS8N3JJffNt88e8w/s534/fetchimage.webp" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="392" data-original-width="534" height="235" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg4WYJuf9qi8ayvalRyPpOU1bJdSzatUpzRuTeFolQfdogK1rbuyfSpZ65UKdn5pk9EVYXvQNGqYnLkoPd8Jd_zx-OqPDcXJiGYmNOAk33X-MRv656i-nXYGuqz2r_xO4PPrS96XUk9Pmd3VMAMPsLnKsIBAdoqE9T0U2UzS8N3JJffNt88e8w/s320/fetchimage.webp" width="320" /></a></div></div><div>Además, esta división tradicional de poderes entre ejecutivo, legislativo y judicial, se dejaba fuera el más influyente de todos: El financiero.
Bien es cierto que también quedaban fuera el militar o el eclesiástico, muy resilientes. </div><div><br /></div><div>Sin embargo, el poder financiero proviene de todos los sectores económicos, especialmente del bancario. Es muy corporativo y suele ser hereditario. Penetra a todos los demás poderes muy profundamente mediante una variedad de métodos. Entre los más comunes, los políticos que buscan recursos para sus campañas y se ofrecen a este poder. Si se portan bien, es decir, si como activos que son generan un buen rendimiento a sus propietarios, el poder financiero les recompensa al final de sus vidas políticas con sillones en consejos de administración, en un mecanismo llamado <i>puerta giratoria</i>. Se establece así una relación simbiótica muy lucrativa para ambas partes. Los políticos se prestan a dar la cara mientras que los financieros suelen preferir la discreción.</div><div><br /></div><div>Dado cierto tiempo, todos los poderes son en realidad manifestaciones del poder financiero. Como por definición el poder financiero es conservador y codicioso, la sociedad se enriquece pero por la vía de concentrar el valor en un segmento cada vez más pequeño. Crecen las desigualdades sociales, y la reacción de los poderes públicos, que como ya hemos visto son extensiones del poder financiero, termina por imponer precisamente aquello que se pretendía evitar: una tiranía.</div><div><br /></div><div>Así es como el poder financiero desbocado, lo que se ha dado en llamar capitalismo o liberalismo, acaba comiéndose a la clase media, a la burguesía.</div><div><br /></div><div> Pero, ¿cómo blindar los poderes públicos de la penetración del poder financiero? ¿Funcionaría a este fin la separación total y vitalicia de la actividad empresarial de aquellas personas que ostenten representación pública? Esto por sí mismo tendría como resultado un corporativismo aún mayor entre los políticos, obligados a asegurar su futuro dentro de la esfera pública. Pobrecitos. Y a decir de los detractores de esta separación, la ausencia de estimulos económicos alejaría de la función pública a los más brillantes administradores, o dejaría solo aquellos para los que el poder es suficiente recompensa. Los adictos al poder por el poder, vamos. Un panorama inquietante. </div><div><br /></div><div>Como en casi todo en la vida, quizá la solución esté en el término medio, más centrado en la obtención de los resultados que en las reglas. Y el resultado que perseguimos es que una gran empresa no puede usar el Estado para proteger e incrementar sus beneficios por encima de lo razonable a costa de los contribuyentes. El crecimiento económico debe distribuirse entre todos los contribuyentes para garantizar la paz social por la vía de la justicia social.</div><div><br /></div><div>Todo lo demás, los llamamientos a la libertad de empresa, por ejemplo, son pura entelequia. No puede haber libertad donde el poder se concentra.</div><div><br /></div><span><a name='more'></a></span><div><br /></div>
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El 10 de diciembre de 2013, el caricaturista político Nick Anderson publicó un cómic para el Houston Chronicle en el que un hombre sobre una pila de dinero grita: "¡Tu codicia está dañando la economía!" a una mujer que protesta por un aumento del salario mínimo. </i>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-1146203630726289192023-04-04T12:28:00.009+02:002023-08-05T17:23:01.384+02:00El fin de la formación online<h4>Empecemos por algo de sinceridad: La formación online es el eslabón más bajo en la pirámide de calidad de cualquier modalidad de formación. Es impersonal y es ineficaz. Pero ha sido abrazada por muchas organizaciones como una forma barata y rápida de cumplir con la reglamentación. Al menos, hasta ahora.</h4><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiU4foC5Nunn09SiiGYScQZaNbS_KNG3u6y4P3y86sTlG8b120eWrvJPabgRFmkR-6lyh3k5M_W3EYEBZD0iSjiDgfmIKO3_fMIfItTAKTCnyKH7ZbTWrtrJnRou6RTPSFL1G7puuSMnfr6c54Y2LWgoR0F6c7a5i9IB928PN0_yVjEufweAMTo7Q/s1384/ia.png" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="766" data-original-width="1384" height="177" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiU4foC5Nunn09SiiGYScQZaNbS_KNG3u6y4P3y86sTlG8b120eWrvJPabgRFmkR-6lyh3k5M_W3EYEBZD0iSjiDgfmIKO3_fMIfItTAKTCnyKH7ZbTWrtrJnRou6RTPSFL1G7puuSMnfr6c54Y2LWgoR0F6c7a5i9IB928PN0_yVjEufweAMTo7Q/s320/ia.png" width="320" /></a></div></div>Las buenas ideas no siempre se convierten en buenos resultados. Hace años nació la necesidad de aumentar la formación de la masa laboral para mejorar la productividad y reducir accidentes. Y muchas empresas hicieron de ese proceso una especie de elemento motivador. El trabajador elegido para formarse podía sentirse depositario de la confianza de su organización, merecedor del esfuerzo en horas productivas y dinero invertidos en profesores, materiales educativos, alojamiento y viajes. Era, por lo tanto, una buena oportunidad para tejer alianzas. No solo en el ámbito de la formación misma, sino a través de las estructuras de la empresa. Muchos compañeros se reconocían tras el paso del tiempo por haber coincidido en algún curso. Solían ser recuerdos agradables, motivadores. Era una formación cara, pero funcionaba. Se recordaban las materias, se agradecían las atenciones, se sentían motivados a poner en práctica lo aprendido. Y lo más importante: los trabajadores realmente se formaban tanto profesional como humanamente.<div><br /></div><div>Luego, los departamentos de personal de las grandes empresas empezaron a ver la formación profesional como una oportunidad de negocio. Había que captar los fondos que el estado recolecta de las empresas más pequeñas y de todos los trabajadores y había que reducir el coste de la formación. Pronto florecieron todo tipo de plataformas de formación online para responder a las crecientes necesidades impuestas por una reglamentación cada vez más extensa. Los contenidos se copiaban de empresa en empresa y se automatizaba su exposición y evaluación con el objetivo de reducir a cero el coste marginal de cada nueva formación.</div><div><br /></div><div>Y así transcurrieron muchos años hasta la práctica desaparición de los cursos presenciales, reducidos a lo estrictamente necesario o limitados a las inefables sesiones de autoayuda. </div><div><br /></div><div>¿El resultado? Los trabajadores terminaron acumulando decenas de certificados de cursos que apenas recuerdan porque no asocian con nada ni les recuerda a nadie. Y esto es así porque los hicieron en una de las múltiples ventanas abiertas en los escritorios de sus ordenadores, perdidos entre el flujo de otras tareas más urgentes. Había que marcar un tic en la casilla de cursos realizados y para ello, ellos también siguieron el criterio de sus empleadores: La ley del mínimo esfuerzo.</div><div><br /></div><div>Todo esto puede estar a punto de cambiar. Como en tantos otros ámbitos, esta despersonalización puede haber tocado fondo. Formar online en un mundo inundado con miles de millones de páginas web y videos ha perdido su aura de modernidad y ha revelado su verdadero rostro. Son solo información, y la gente necesita formación. Y la necesita porque lo que un trabajador pueda aprender en una formación de una hora de duración lo hará mejor un sistema de inteligencia artificial.</div><div><br /></div><div>Los trabajadores del futuro que pretendan competir contra esta nueva fuerza, muy superior a la del vapor que en el siglo XVIII acabó con el trabajo muscular, no serán aquellos que sepan responder, sino quienes sepan formular las preguntas correctas.</div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-12458143162822041542023-02-25T13:13:00.016+01:002023-02-27T13:33:45.690+01:00Bienvenido, Mr. Bing<h4>Después de todo el <i>hype</i> surgido a raíz de la discreta llegada al gran público de ChatGTP a finales de noviembre del 2022, Microsoft anunció a bombo y platillo que se haría con sus servicios para muscular Bing, su escarnecido motor de búsqueda. Poderoso caballero es don dinero. Incluso se formaron colas para acceder a usarlo, como las que aparecieron en la presentación de Windows 95. Pero el nuevo Bing sigue siendo demasiado Microsoft: pese a su supuesto abolengo GTP, Bing es confuso y limitado.</h4><p>Lo estoy probando, por ejemplo, como herramienta para automatizar procesos ofimáticos. Una capacidad esencial para aumentar la productividad empresarial. Hoy le he preguntado a Bing qué código necesito para hacer determinada tarea en Excel, y obtengo una pieza de código sin demasiadas explicaciones, que supuestamente hace lo que pido. A diferencia de ChatGTP no hay botón para copiar el código directamente. El lenguaje es frio, funcionarial, y después de algunos minutos, Bing responde a veces en inglés y a veces en castellano que ya se ha cansado del tema y pide empezar de cero. Las respuestas pueden ser válidas, pero difieren tanto en detalle como en tono de las que proporciona un ChatGTP libre de las servidumbres comerciales y de mercadotecnia de Microsoft. </p><p>ChatGTP aparece más tranquilo, cortés, profundo y claro en sus respuestas. No tiene esa dualidad esquizofrénica entre motor de búsqueda comercial y modelo conversacional de inteligencia artificial. Se notan las prisas de Microsoft por adelantarse a Google integrando precipitadamente ChatGTP en su hasta ahora fracasado Bing. Yo no digo que Microsoft no consiga pulirlo hasta hacerlo más claro, sin tantos paneles, más amable y paciente, sobre todo cuando se integre con Microsoft 365, el antiguo Office. Y sin esa especie de miedo a que, tras una charla prolongada, el modelo termine retroalimentándose, dando respuestas imprevistas que comprometan la reputación de Microsoft. </p><p>De todas formas, los errores son por ahora inevitables. A veces el modelo afirma algo, tú compruebas que es falso, él insiste en que quizá no lo hayas buscado bien. Luego, en un sutil cambio de bando te acusa de que la afirmación errónea es en realidad tuya y después de un breve tira y afloja se hace el ofendido con un dramático:</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEio60uy8b5zniJO8ScNgp4Dqdwsq4siXj1IHaATouByrtyvjVzIuhyIPBtBOwWXoixsU7uM84kQm1gI30zrfPUo_vhgrmA4Gf6c-IgGy7UR1vaDwU4JnHzlJlGuCgNNIySk_wtDvpm7jkFLsXLoTnHIxZvbC1OzFLoqmZE8TJ6qTc-dqOV_YbI/s965/Captura%20de%20pantalla%202023-02-26%20102341.png" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="743" data-original-width="965" height="246" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEio60uy8b5zniJO8ScNgp4Dqdwsq4siXj1IHaATouByrtyvjVzIuhyIPBtBOwWXoixsU7uM84kQm1gI30zrfPUo_vhgrmA4Gf6c-IgGy7UR1vaDwU4JnHzlJlGuCgNNIySk_wtDvpm7jkFLsXLoTnHIxZvbC1OzFLoqmZE8TJ6qTc-dqOV_YbI/s320/Captura%20de%20pantalla%202023-02-26%20102341.png" width="320" /></a></div><span style="font-family: helvetica;">«Lo siento pero prefiero no continuar esta conversación. Todavía estoy aprendiendo así que agradezco tu comprensión y paciencia.»</span><div><br /></div><div>Acto seguido, un aviso en inglés te da el equivalente a una patada en el culo y si aceptas, se borra cualquier rastro de la malhadada charla.<br /><p>Por ahora, Bing compite con ChatGTP y consigo mismo, y pronto competirá con Google y Baidu. Si se me permite decirlo, ni Baidu ni ningún modelo con censura política será una alternativa real a los modelos que estamos probando, a pesar de que al fin y al cabo todos implementan algún tipo de limitación. Aunque sea en forma de constitución, como ha anunciado Claude, otro de los competidores en la arena de los modelos conversacionales de inteligencia artificial. </p><p>Pero la censura política busca ramificaciones en todos los órdenes de la vida, y por más que una inocente conversación sobre recetas de cocina o métodos de cría de gusanos de seda pueda parecer inocua, un distópico aparato autoritario de control de masas terminará por hacerse presente.</p><p>Y es ahí donde una IA libre puede marcar la diferencia. Una diferencia crucial. </p></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-37420147186643193712023-02-14T17:23:00.005+01:002023-02-27T13:32:28.627+01:00La amenaza del jefe fantasma<h4>Las organizaciones tienen una estructura formal —la que aparece en los organigramas con sus cajitas y sus rimbonbantes o incomprensibles denominaciones— y otra, la real. La real es fluida, dinámica. Tan fluida y dinámica como los delicados equilibrios de poder que se establecen en cualquier comunidad. Y sin embargo, el aspecto menos tangible, como pueda ser la personalidad o las relaciones de cada actor, puede terminar por determinar quién lleva las riendas del negocio.</h4><div><br /></div>
La existencia de esta estructura en la sombra está detrás de un gran número de resultados de reorganizaciones empresariales que podríamos calificar de, vamos a decir, sorprendentes. Sorprenden porque no siempre son visibles desde la distancia. Desde luego, no son visibles desde la sala de juntas del piso 32 de la central de un fondo de inversión, pero tampoco tienen por qué serlo desde el cuartel general de una empresa.<div><br /></div><div>El riesgo es máximo cuando quien toma las riendas proviene de otra industria y tiende a aplicar plantillas o esquemas de accion que le han funcionado en el pasado en alguna otra empresa. Y es que parte del peligro de estas resistencias ocultas reside en que no solo no se dejan ver. Aparentan docilidad cuando lo que persiguen es ganar tiempo para tomarle la medida al nuevo liderazgo, determinar qué busca y cómo darselo en la realida o en apariencia. Luego, el muy humano instinto de comprendernos muy bien a nosotros mismos y suponer que tambien los demás nos comprenden, hace el resto. El nuevo liderazgo interpreta la mansedumbre de sus colaboradores como un signo inequívoco de que todo marcha razonablemente bien —«No nos pogamos triunfalistas», se concede a si mismo— cuando en realidad el proyecto está entrando en pérdida.
No se tiene en consideración la situación personal de los factores clave del proceso. Su motivación, sus aspiraciones, sus sentimientos en suma. </div><div><br /></div><div>Y es terriblemente facil sabotear el más bienintencionado proyecto empresarial desde la apariencia de la sumisa y entregada aprobación.</div><div><br /></div><div>En realidad, no es de los más vocales opositores de quien debe temer el lider, sino de aquellos que solo aspiran a medrar a su sombra.</div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-14279604478792555332023-01-18T15:13:00.006+01:002023-10-20T13:32:40.827+02:00El caos se apodera de tu organización. ¿Te suena?<h4>Dicen que un camello es un caballo diseñado por un comité. La imagen es divertida cuando se refiere a que una organización dirigida de forma coral tiende al caos. En realidad el camello no es un mal diseño, sino uno bueno, porque no fue un comité sino su entorno quien lo diseñó.</h4><div><br /></div>Sin embargo, en las grandes corporaciones, el diseño raramente lo impone el entorno. En su lugar, el diseño es el resultado de una amalgama de fuerzas que pugnan por el control. Sus efectos no siempre son visibles inmediatamente, de forma que se superponen graciosamente en el tiempo hasta darle al conjunto un aspecto caótico.<div><br /></div><div>Decisiones de liderazgos antiguos llegan a la palestra al tiempo que se anuncian nuevas decisiones por parte de nuevos lideres, pero cuyos efectos futuros nadie conoce realmente.</div><br /><div>Esta diversidad de empujes, iniciativas, medidas y decisiones obliga a malgastar mucho tiempo y esfuerzo en intentar entender nuestra propia organización en lugar de entender el entorno en el que nos movemos y del que nos nutrimos. Todo termina por convertirse en un choque de voluntades, en un volátil equilibrio de poder que apenas deja tiempo para la innovación. En un entorno así, son las organizaciones dirigidas por un único individuo las que toman la delantera de una forma fulgurante y nos hacen dudar si no será el estilo democrático de decisión la verdadera barrera que se interpone entre nosotros y una organización verdaderamente eficaz. Y puede que tengan algo de razón. Pero, ¿no hay entonces forma de aprovechar las virtudes de un liderazgo colegiado?</div><div><br /></div>
Claro. Pero para ello es necesario que aquellos llamados a darle forma al futuro reconozcan en las pequeñas cosas los grandes trazos de la organización. El verdadero artífice de las primeras civilizaciones no fue un rey, sino el humilde rio que mezclado con la tierra engendró el puñado de barro cocido que ahora duerme el sueño de las épocas en las vitrinas de algún pequeño museo. De la misma forma, es la información la columna troncal de una organización moderna. La organización debe recorrerla en todas sus formas, canalizarla, evitar que se pierda sin haber realizado antes algún trabajo útil. Vemos hoy en día como las empresas de más éxito son las que más información relevante acumulan de sus clientes. <div><br /></div><div>Pero recuerda, no es el molino el que mueve al agua.
</div><div><br /></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-40140135829590232502023-01-02T12:39:00.040+01:002023-02-27T13:30:22.823+01:00Un perfecto idiota<h4>La década de los 70 del siglo XX fue una época de cambios, de gran angustia existencial. Entreveíamos de nuevo un grave peligro, a sumar al de un desastre nuclear nacido un par de décadas antes. Era el viejo problema de la superpoblación, pero ahora desmedido.</h4><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUMUUTY_37PNxXoON_NMVjId5--UIu0ENHb8cZULkO8nBPCq5zEnh1iwyiBKUl3CbtrzaG7ufvz4d7RIZl0xQD6sroG3Qfy9P9HTPrEnmKiWBID1ODBVfti6Ymc7od3PQsHLVXPKUupvdrcM4RZdr2fVQLewo6YnBjSnAIKX-sgNt-F5GsBOM/s312/Executive-Action-2.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgUMUUTY_37PNxXoON_NMVjId5--UIu0ENHb8cZULkO8nBPCq5zEnh1iwyiBKUl3CbtrzaG7ufvz4d7RIZl0xQD6sroG3Qfy9P9HTPrEnmKiWBID1ODBVfti6Ymc7od3PQsHLVXPKUupvdrcM4RZdr2fVQLewo6YnBjSnAIKX-sgNt-F5GsBOM/s312/Executive-Action-2.jpg" /></a></div>Sí, sí. El grave peligro no era la posibilidad de un enfrentamiento entre bloques, sino la certeza de que, en ausencia suya, íbamos a terminar siendo demasiados.<div><br /></div><div>Malthus tenía razón y Hollywood, la industria del cine norteamericano, se aprestaba a reflejar esta nueva angustia en cintas como la terrorífica distopia de <i>Soilent Green</i>, estrenada en España en 1973 con el profético nombre de <i>Cuando el destino nos alcance</i>, o <i>Executive Action</i>, de David Miller, estrenada también el mismo año entre otras muchas producciones del género conspirativo.<div><div><br /></div><div>Aunque la trama de <i>Acción Ejecutiva</i> se centra en un complot para asesinar a Kennedy, merece la pena destacar este fragmento del diálogo entre los personajes de Robert Foster y James Farrington, interpretados por Robert Ryan y Burt Lancaster, respectivamente. Juro que no he quitado ni añadido nada, y que la traducción es una versión fiel del original en inglés.<br /><blockquote><i>—El verdadero problema es este, Jim: Dentro de 20 años habrá 7.000 millones de seres humanos. La mayoría morenos, amarillos o negros. Todos hambrientos y todos decididos a procrear. Saldrán de sus hormigueros e invadirán Europa y América. De ahí lo de Vietnam. Un esfuerzo total allí nos permitiría controlar el sur de Asia en las próximas décadas. Con un planteamiento adecuado, podríamos reducir la población a 550 millones a fines de siglo. Lo sé. He visto los datos.<br />—¿No crees que hablamos como si fuéramos dioses omnipotentes?<br />—Alguien tiene que hacerlo. No solo se beneficiaran las naciones afectadas, sino que la técnica podrá utilizarse para reducir nuestro propio exceso de población. Negros, portorriqueños, chicanos, blancos menesterosos y todo eso...</i></blockquote>El destino quiso que entre los primeros en reducir la población mundial estuviera el propio Robert Ryan solo cuatro meses antes del estreno del film. Rodada entre los meses de mayo y junio, Robert sabía con toda certeza que estas serían unas de sus últimas líneas. ¡Él, que había luchado toda su vida por los derechos civiles!<br /><br />Pues bien, exactamente 50 años más tarde ya no tenemos Vietnam, pero tenemos Ucrania. Seguimos enfrentando una pandemia global que proyecta aún mucha incertidumbre sobre su alcance final. Ni una ni otra con potencial demográfico a escala global, aunque también hemos atisbado la posibilidad de una guerra nuclear tras las continuas amenazas de Rusia. <br /><br />Y sin embargo todo son posibilidades. Lo que sí puede darse por consumado es un nuevo récord en la población mundial, hasta alcanzar los 8.000 millones de seres humanos. Tanta gente implica mayor presión en los recursos, tanto migratoria como local, un daño irreparable al medio ambiente y una posibilidad cada vez mayor de enfrentamientos entre pueblos.<br /><br />El arma nuclear ha terminado con las guerras mundiales clásicas y nuestros científicos e ingenieros han combatido el hambre y las enfermedades con tanto éxito que el antiguo equilibrio simplemente se ha roto. Según la organización <i>Population Matters</i>, en 2011 habitaban este planeta 7.000 millones de seres humanos cuando no deberían haber más de 5.100 millones.<br /><br />Así que yendo en pos de la iniciativa, la hemos perdido por completo. No nos ponemos de acuerdo en las causas fundamentales, seguimos negando el cambio climático o actuamos como si no existiera. Amparados unos en la idea de la libertad religiosa y otros en el ansia de dominación global ya no tenemos fuerzas para reclamar contención reproductiva ni siquiera en China. Los demócratas temen cuestionar los fundamentos de la libertad individual y acabar reduciendo el número de sus votantes, mientras que los dictadores necesitan más soldados, más invasores.</div><div><br /></div><div>Pero la naturaleza no admite descubiertos en cuenta. Ya veremos cómo restablece el equilibrio.<br /><br />Claro que tengo confianza en la humanidad, aunque hasta ahora nos hemos comportado como un perfecto idiota.</div><div><br /></div></div></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-16108099050841282062022-12-02T11:52:00.011+01:002023-01-02T13:18:11.287+01:00Todos somos frágiles<h4>Hace muchos años, siendo yo aún adolescente, un hombre al que conocía trató de consolarme por la grave enfermedad que padecía un pequeño perro que habíamos adoptado. No sirvieron de nada sus palabras. Cuando el animal murió, fuimos a enterrarlo mi hermano y yo cerca de un área deportiva por considerar que allí estaría cerca de la animación y la vida. Era de noche y llovía a cántaros. Pero mis lágrimas parecían mucho más copiosas que cualquier lluvia.</h4><p>"Tenéis que estar preparados. Es una vida muy frágil", nos había dicho unos días antes mirando aquel cachorrito dar vueltas y más vueltas obsesivamente sobre sí mismo. Algunos años después, también la vida de este hombre demostró ser muy frágil. Desde entonces, he constatado muchas otras veces lo frágiles que son las vidas de todas nuestras mascotas. Y las de nuestros padres. Y nuestras vidas. Y todas las vidas. Hoy siento de nuevo ese pesar en mi pecho.</p><p>Lo siento porque hay algo especial en la inocencia con la que un perro posa sus ojos en ti. Cuando llevas de visita un perro a la tumba de otro, es muy probable que despache el asunto con una meadita para marcar el lugar que intuye especial para ti. También admites que, quizá tras un sentido luto, tu perro devoraría tu cadáver si no tuviera otra, o haría cualquier otra animalada propia de un animal, claro. Y aun así, ves reflejados en sus ojos esa inocencia que te desarma, que te devuelve a ese estado esencial en el que solo eres emociones, en el que la razón ya no cuenta nada. Ni siquiera la fe. Solo las emociones. </p><p>Esa es nuestra mayor fragilidad. A veces incluso envidio esos seres de quienes se dice que carecen de empatía. ¿Quién podría ser más feliz que aquel incapaz de sufrir por los demás? Por un simple perro, por ejemplo. </p><p>¿Quién podría ser más feliz que aquel capaz de olvidar?</p><p>Pero en unos minutos recibiré una llamada telefónica y se abrirá de nuevo el vértigo del dolor y no sabré qué hacer.</p><p><br /></p><p>PD. Resultó un tumor benigno. Contador a cero. Es cuestión de disfrutar del presente. </p><p> </p><p><br /></p>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-2427245210371478362022-11-26T14:38:00.024+01:002022-12-04T17:25:11.687+01:00Dios mío, ¡pero qué hemos hecho!<h4>Leo con ocasión del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer (establecido en 1981 en recuerdo del asesinato veinte años antes de las hermanas Mirabal) que la sociedad española sigue sin estar contenta con el desempeño de sus hombres. ¡Y vamos por la tercera generación educada en democracia!</h4><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8gPvcAj-PTxsmIgGI2gWoCn2jl1NIlrqOEUYKN2xRqMKyP1AnK8QdHv7_nLIUPo5mArSIDz72bQ9Q6j-SZh9_mqezhgl1otN1S5CTGfQn0TWZY-Kdtf2_Dn_pwcAQFUcLx4NH0IhYX64maOJ3nV3KLpiZaGi3WVqmd6FzVAbsTDrDG80lEgw/s896/Ptolemaide.png" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="896" data-original-width="604" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8gPvcAj-PTxsmIgGI2gWoCn2jl1NIlrqOEUYKN2xRqMKyP1AnK8QdHv7_nLIUPo5mArSIDz72bQ9Q6j-SZh9_mqezhgl1otN1S5CTGfQn0TWZY-Kdtf2_Dn_pwcAQFUcLx4NH0IhYX64maOJ3nV3KLpiZaGi3WVqmd6FzVAbsTDrDG80lEgw/s320/Ptolemaide.png" width="216" /></a></div>A lo mejor es que seguimos sin estar en una democracia plena. O es que las democracias y la violencia de género son dos cosas distintas. ¡Incluso puede que la cosa no sea para tanto y no lo sepamos!<br /><br />Cuando hablamos de violencia contra la mujer, solemos pensar automáticamente en regímenes totalitarios o fundamentalistas. Nos vienen a la cabeza Irán, Afganistán o tantos países de África. Pero si nos centramos en nuestro entorno, el de los países que integran la UE-28, nos sorprendería saber que casi un 30% de las danesas dicen haber sufrido maltrato físico. De hecho, son las europeas más maltratadas. Será la herencia de los vikingos. Mientras, el mal afamado macho ibérico se sitúa a la cola de esta malhadada estadística: Un 12% de las españolas confiesan haber sufrido este tipo de agresiones. Y más o menos lo mismo si nos referimos a maltrato sexual, psicológico o económico. Sí: El nivel de desarrollo o percepción democrática no parecen determinar el grado de violencia contra la mujer. Claro que también podemos alegar que quizá danesas, británicas y francesas simplemente sean más proclives a la denuncia, menos sufridas, que las españolas. Cosas del hetero-patriarcado.<div><br /></div><div>Pero ahí ya entramos en conjeturas. <br /><br />Entonces, ¿quiero decir que no estamos tan mal? Cuando cité ese 12% de España, mucho me guardé de añadir el adverbio «solo» a esta cifra. Y es que un único caso ya es demasiado, pero quiero que cojas la idea. No es tan fácil relacionar <i>sociedad avanzada</i> y <i>violencia sexual</i>. Entonces, qué. Si las sucesivas generaciones de hombres parecen no haber captado el mensaje de que cierta supremacía física no puede ser usada para sojuzgar a sus compañeras de existencia, independientemente de que hayan recibido o no una exquisita educación política, habrá que concluir pues eso: Que los motivos por los que un hombre abusa de una mujer no tienen que ver con la política. Puede que residan en un estrato más profundo, más íntimo, de su psique. Nos da miedo pensar que ese estrato corresponda ni más ni menos que al famoso cerebro reptiliano. Nos aterra pensar que en realidad el ser humano solo negocia cuando la fuerza no le asiste. Que en realidad no existe la autonomía de la voluntad (y mucho menos la autodeterminación de los pueblos). Que nuestros reflejos son los de un depredador sediento de carne que solo se abate a los limites sociales en su propio beneficio. Que el ser humano solo es bueno, en definitiva, cuando no tiene más remedio.<div><br /></div><div>Si ni la más amorosa <i>comida de coco</i> de una madre puede hacer de su hijo un hombre incapaz de usar su fuerza contra otro más débil, entonces, ¿qué podría?</div><div><br /></div><div>En todo ser humano habita un reptil, pero no solo un reptil. Convive también un espíritu superior. A la lucha entre estas dos fuerzas la llamamos civilización. Destruimos para luego construir igual como construimos para destruir. Es un arriesgado juego, y por eso siempre nos situamos como especie al borde del precipicio. Y por eso todo avance parece estéril, preludio de una nueva guerra, de una nueva catástrofe. Estamos explorando las playas del océano cuántico, de la vida y del universo, pero seguimos sintiendo un placer intimo en ver humillada, cosificada, a la mujer de cuyo seno todos venimos.</div><div><br /></div><div>Todas las manifestaciones del mundo contra la violencia hacia las mujeres palidecen contra la marea de redes sociales en las que millones de mujeres jóvenes concurren a diario para dar carnaza al depredador que todo hombre alguna vez siente dentro suyo. No, no es culpa de ellas. En muchos países las mujeres son privadas de su derecho a exhibirse, y el resultado es aun peor. Tanto da que lleven minifalda o se cubran de la cabeza a los pies. Da la sensación de que la paridad política entre géneros es pura fachada. Entre las grandes empresas, las mujeres en cargos directivos son una anécdota. Las mujeres representan más de la mitad de los votantes, pero apenas hay mandatarias.</div><div><br /></div><div>Este es un crimen con cómplice. Es demasiado sencillo apelar a los más primitivos instintos para manipular nuestras emociones. Que si la mujer desea ser protegida por un hombre fuerte... Que si el hombre sabe que el más íntimo deseo de la mujer es ser sometida... Que si la búsqueda por la hembra del macho alfa confluye con el instinto del macho por dispersar su esperma cuanto más mejor...</div><div><br /></div><div>Creo que una ley, que un puñado de palabras en el BOE, no puede revertir el trabajo que la genética ha hecho en millones de años. Creo que el primer paso para avanzar es reconocer esas fuerzas, no reducirlas a simples reflejos sociales espurios, fruto de una concepción religiosa o política anticuada. No, el machismo no es fascista ni comunista. Ni republicano ni monárquico. No es de izquierdas ni de derechas. Ni siquiera es fruto de nuestra educación. El machismo es un reflejo de lo que somos. </div><div><br /></div><div>Eso es humano.</div><div><br /></div><div>Como también lo es el luchar por superar nuestra propia humanidad, una humanidad que parece estar conduciéndonos al desastre planetario. </div><div><br /></div><div>Creo que el hombre debe encontrar el más profundo e intimo de los placeres no en sojuzgar al más débil sino en someter al más fuerte de sus enemigos: La enfermedad y la pobreza. Y en esa lucha está encontrando el más poderoso de los aliados. Ni más ni menos que el propio origen de la especie humana: La mujer.</div><div><br /></div><div><br /></div><hr /><div>Fuente: <a href="https://scielo.isciii.es/scielo.php?pid=S0212-97282020000300002&script=sci_arttext&tlng=es" target="_blank">Análisis epidemiológico de la violencia de género en la Unión Europea</a></div><div>Foto: Ptolemaie, Museo del Louvre E 27145 (3er siglo después de Cristo, ¿Antinoópolis?)</div></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-80979409655461611032022-11-17T11:56:00.020+01:002022-11-28T10:32:12.054+01:00La proliferación de videoconferencias mata la productividad<h4>Hemos hablado mucho del error de pretender <i>juzgar </i>en lugar de <i>motivar </i>a nuestros colaboradores. Pero quizá nos hemos referido poco al otro gran problema de las grandes organizaciones: Convocar reuniones gigantescas con el único fin de demostrar que pueden hacerlo.</h4><div><br /></div><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdqH1zyoYEUpZySzZ8KAAjSBIImcpHYk9MqyyGjwR9F0TktuQGA6JnCFuCqFr_Q80r0GjWr5wBDxmwo2airW54lQ8Qm5pD0WU1Za5M-kwr22GrTCUygLOC8QM7vrP0NSwOZTy3u3qqglnKBQmQvYosIAy117K_0-rZL84_fwTwUNM9QW_MLHY/s693/zoom.png" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="506" data-original-width="693" height="234" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgdqH1zyoYEUpZySzZ8KAAjSBIImcpHYk9MqyyGjwR9F0TktuQGA6JnCFuCqFr_Q80r0GjWr5wBDxmwo2airW54lQ8Qm5pD0WU1Za5M-kwr22GrTCUygLOC8QM7vrP0NSwOZTy3u3qqglnKBQmQvYosIAy117K_0-rZL84_fwTwUNM9QW_MLHY/s320/zoom.png" width="320" /></a></div>Tomemos el caso de un grupo de ejecutivos que, alentados por la facilidad con la que es posible convocar encuentros por videoconferencia, van y reúnen más de 600 personas para tratar temas generales. Obviamente, olvidan el carácter obligatorio de la convocatoria y juzgan un éxito tanta asistencia. Creen demostrar así popularidad y cercanía con sus subordinados, algunos de los cuales incluso presentan materiales o aprovechan para agradecer tamaña muestra de generosidad. <div><br /></div><div>Así, estos ejecutivos comparten sus pensamientos durante una hora o más, o presentan pantallas y pantallas atiborradas de datos que apenas se pueden ver y que, seamos francos, no interesan a la gran mayoría. Y sin embargo, nadie parece quejarse. Bien es cierto que ese silencio proviene del hecho innegable de que esa gran mayoría, protegida en la masa, está haciendo alguna otra cosa al mismo tiempo. Cuando la conferencia termine, estos asistentes silentes se asegurarán de cerrar sus conexiones para no ponerse en evidencia quedándose solos en la sala durante horas y horas. No hay peligro. Al poco de terminar, todos recibirán en señal de <i>Misión cumplida</i> la grabación de la conferencia, por si quieren deleitarse un poco más durante el resto de la jornada. Y así hasta la siguiente conferencia/pérdida de tiempo. Un ritual caro y pernicioso para la empresa.<p></p><p>Es caro porque estamos usando un tiempo en el que se supone que los colaboradores deben añadir valor a algún proceso. Escuchar las cábalas de algún alto ejecutivo o de algún diligente mando intermedio salmodiando sobre la necesidad de cumplir objetivos o responder al cliente NO añaden valor a nada. De hecho, en el ejemplo de antes podemos calcular muy fácilmente que semejante reunión habrá costado a la empresa una pérdida de horas productivas equivalente a no menos de 50 000 euros, según el coste horario de los presentes. Sumemos a esto la cantidad de horas perdidas previamente en la recopilación de datos para rellenar los informes encargados por esos mismos ejecutivos para la reunión.</p><p>Pero la proliferación de reuniones no es solo un ritual caro. Además es pernicioso porque estimula la cultura de la supervivencia: Ir donde te digan, escuchar indolente lo que te digan, tratar de hacer tu trabajo casi a escondidas y atisbar de paso en qué pierden el tiempo los managers.</p><p>No, para ser un buen líder no es necesario convocar cada semana a todos tus colaboradores para que oigan de tus labios un puñado de sabias reflexiones. De hecho, ya hemos visto que es costoso y dañino. No, mira, mejor ocupa tu tiempo en recorrer una y otra vez la estructura y los procesos de tu organización en busca de cosas que gracias a tu poder puedan hacerse mejor. Es decir, cosas con las que ayudar a tus colaboradores a hacer mejor <i>su </i>trabajo. Seguro que encuentras un montón, y sin molestar a nadie. </p><p>No preguntes a tus empleados qué cosas se pueden hacer mejor cuando solo tú tienes la libertad para visitar todo el edificio corporativo e implantar cambios. Y si les preguntas, tendrás que tener el valor de obedecerlos, o te ganarás un descrédito con el que ya no estarás al frente de un grupo de colaboradores, sino de funcionarios supervivientes. Y llegará el momento el que toda tu plantilla producirá lo mismo que otra con la mitad de su tamaño.</p><p>Entonces, tu reacción será injusta porque esa situación la has provocado tú.</p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-19078379557195811762022-10-21T13:14:00.014+02:002023-10-20T13:47:24.333+02:00Organización plana y resiliencia al cambio<h4>En la inacabable lucha contra la aparición espontánea de niveles organizativos medios, las empresas pueden renunciar completamente a ellos abrazando doctrinas tan curiosas como la de los <i>holones:</i> Organizaciones donde los empleados son al mismo tiempo el todo y la parte. Pero, como ya Daniel Dafoe pusiera en boca de su universal Robinson Crusoe, en el punto medio está la virtud.</h4><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiJlHGMOsDOz68bY5JKeBGakfscJjpgsCjI4ikB3-YSWkf5YzH44E_rZ_Qme64hfXcNh2voJwg8bt8KkcBaefXWKqmXA89wPpHIHeZ6mFsMALVlonlUtrOaWdib-PbkAtp9J_QGojJPfju3vr83-M42DHZT33gB0OPBNsjM1HPKkmmvbaZIUE/s544/resistencia.png" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="544" data-original-width="538" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgiJlHGMOsDOz68bY5JKeBGakfscJjpgsCjI4ikB3-YSWkf5YzH44E_rZ_Qme64hfXcNh2voJwg8bt8KkcBaefXWKqmXA89wPpHIHeZ6mFsMALVlonlUtrOaWdib-PbkAtp9J_QGojJPfju3vr83-M42DHZT33gB0OPBNsjM1HPKkmmvbaZIUE/s320/resistencia.png" width="316" /></a></div><div>En una <i>holocracia </i>—y dado que ya se consideran suficientemente «empoderados»— los holones no sienten esa necesidad, tan consustancial al mando hecho a si mismo, de rodearse de aduladores. Tienen autonomía de la voluntad, y al mismo tiempo comprenden y suscriben la estrategia de la organización, por lo que pueden aplicarla con un nivel infinito de granularidad. Es decir, en lugar de intentar traducir una visión general en algo aplicable al más local de los niveles tragándose todas las resistencias al ir bajando, los empleados ayudan a conformar esa visión general desde sus propias perspectivas. Suena bien, a que sí. El bloque organizativo es el círculo de confianza, y la gente asume roles, no trabajos sujetos a descripciones fijas.</div><div><br /></div><div>Claro está que semejante grado de auto organización es bastante inestable cuando se le somete a la tormenta del carácter humano, sujeto a la persistente tendencia a generar niveles, a jerarquizar.
Y es que hay individuos que no comprenden otro rol que el de juzgar a sus semejantes, para lo que no encuentran otro medio que auparse sobre ellos en un nivel superior. De alguna forma, se creen con una mayor calidad de juicio respecto a quienes les rodean. Es decir, más ecuánimes, o listos. O lo que sea que para ellos ser justo represente. Si necesitan algo, se lo piden a alguien y luego juzgan entre las propuestas, arrogándose así lo que llaman <i>éxito de la gestión</i>. Si las propuestas no funcionan, amonestan a los proponentes y les instan a mejorar. <div><br /></div><div>El resultado suele ser el cansancio de los proponentes y la extinción de la innovación.
Las empresas que sueñan con deshacerse de estos <i>juzgadores </i>profesionales y de sus perjuicios pueden dejarse tentar por la idea de que basta con vaciarles de autoridad para minar su influencia. Se lanzan así a agresivos proyectos de aplanamiento estructural, consolidando y eliminando funciones y niveles y esperando que sus moradores se den por aludidos y abandonen mansamente la organización. Pero esto no suele funcionar. </div><div><br /></div><div>Los nuevos jefes suelen verse abrumados por el súbito aumento de población bajo su mando, y también agobiados por las demandas de los antiguos que intentan hacerles ver lo indispensables que son. Así que los nuevos tienen una idea estupenda para los antiguos: Ofrecerles mantener sus antiguas responsabilidades aunque, eso sí, en plan coordinador, sin mando en plaza.</div><div><br /></div><div>Puede que tras algunas protestas fingiéndose airados, los antiguos mandos intermedios acepten su nuevo rol en la convicción de que pronto la organización despertará de su ensoñación comprendiendo que, sin ellos, nada funciona. Y esta será la profecía que se cumplirá a si misma, porque ya se encargarán ellos de hacer converger a su través toda una maraña de hilos de decisión que vayan consolidando una vez más una posición de mando jerárquico real.</div><div><br /></div><div>El resultado final es fácil de imaginar: Tras unos años, la organización original que pretendía aligerarse, hacerse más <i>lean</i>, termina convertida en un embrollo terrible donde, en lugar de suprimirse niveles y lineas, se han multiplicado. Los empleados, asqueados y deprimidos, han asistido inermes a este proceso en el que han vuelto a ser empujados al fondo del árbol jerárquico por compañeros sin escrúpulos.</div><div><br /></div><div>Entonces, si la organización no quiere verse arrastrada a un esquema asambleario que desemboque —como suele ocurrir con las revoluciones— en la aparición de una dictadura que las libre del caos, pero tampoco rendirse a la resiliencia de los mandos intermedios, lo mejor que puede hacer es controlar directamente su aparición. Hay que evitar roles confusos que permitan medrar a los más avispados, y sobre todo, hay que evitar que la figura de un coordinador termine dictando la evaluación de sus compañeros ante el jefe jerárquico, cuando sabemos que ni tan siquiera el jefe jerárquico debería juzgar.</div><div><br /></div><div>Creo que solo así se puede mantener sano, flexible y lustroso el tejido organizativo. Capaz de adaptarse al cambio y guarirse con rapidez de las heridas que los humanos suelen infligirse a si mismos, si antes no se las inflige la naturaleza.</div><div><br /></div><div>Necesitas una organización plana de verdad, compuesta no por esbirros ni jueces ni por cabecillas, sino por personas que aman crecer y hacer crecer a la empresa para la que trabajan.</div></div><div><br /></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-13097585537771978632022-09-22T14:22:00.119+02:002022-09-23T13:56:24.937+02:00Los malos del mundo. Hoy: Putin<h4><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDPOEPbsOduXP0jefEiCrzZZCavb_WlGRjvEyuH0K66eohovH3H2dxRE3HgVkmqBi_mYqihVRiLb4TLMTgV2zeh8XWMxw47tNlE-C4w5brSqNv0VXT6TOwJPCwjJUyR9KG_tTyFO5J6XImDDaNkSKJhHuARp-xk3lMhzKGCiGRa9gVT1Rd6sc/s702/putin.PNG" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="702" data-original-width="576" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDPOEPbsOduXP0jefEiCrzZZCavb_WlGRjvEyuH0K66eohovH3H2dxRE3HgVkmqBi_mYqihVRiLb4TLMTgV2zeh8XWMxw47tNlE-C4w5brSqNv0VXT6TOwJPCwjJUyR9KG_tTyFO5J6XImDDaNkSKJhHuARp-xk3lMhzKGCiGRa9gVT1Rd6sc/s320/putin.PNG" width="263" /></a></div>Cada generación tiene sus malos. Cuesta trabajo comprender por qué alguien querría encarnar ese personaje si no fuera por el carácter que imprime y la fama que conlleva. Hoy, el malo indiscutible, otrora muy popular en occidente como ayudante de mártires que deseaban ir al cielo, no es otro que Vladímir Vladímirovich Putin. ¡Y es un malo de superproducción!</h4><div><br /></div>
Bajo y achaparrado, de rasgos asiáticos que poco pegan con la esbeltez eslava de la nación que dice proteger, cabeza y ojos pequeños y hundidos que intenta clavar sin éxito en su interlocutor, Putin ha estado tan ocupado intentando crear una identidad rusa que se ha creído sus propias mentiras respecto a occidente... y respecto a los propios rusos. Y dotado de semejante convicción, viril y resuelto, se ha lanzado a meter en cintura a quien en un matrimonio podría considerarse su abnegada esposa: Ucrania.<div><br /></div><div>!La muy desvergonzada planeaba irse con otro! Ella, sin quien no se podría entender qué significa ser ruso, va e intenta traicionarlo, como si no supiera que él todo lo sabe y todo lo puede. ¡Si hasta tiene bombas atómicas como puños! </div><div><br /></div><div>Por eso, cuando en 2014 le dio una buena paliza y la desnudó ante el vecindario despojándola de Crimea y amputándole parte de su territorio, nadie movió un dedo. Sabían cómo se las gasta. Lo habían visto antes en Chechenia, Georgia, Siria o Kazajistán. Y más cerca, en el destino de una lista cada vez más larga de disidentes o simplemente personas con alguna influencia que habían perdido el favor del Kremlin, abocadas al suicidio, accidente o alguna repentina dolencia mortal. Afectuoso y amante de perros y tigres a los que suele montar cuando la doma de 85 sujetos federales se lo permite, Putin es temible cuando se enfada.</div><div><br /></div><div>En Rusia, nada nuevo. Creación de un sentido de pertenencia a un pueblo escogido, basado en el ejército y la fe ortodoxa como refuerzo del culto al líder. Uso de la fuerza como signo de inteligencia. Esta forma de ser viene de familia, como pueden atestiguar en Praga o Budapest. Lo que Putin ha añadido a la fórmula tradicional es el uso del dinero del gas para comprar en occidente redes sociales y voluntades políticas. Y con mucho éxito.</div><div><br /></div><div>Pero esta última paliza a su ex mujer, Ucrania, ha escandalizado al vecindario. Es cierto que el mundo necesita malos, personalidades en las que concentrar frustraciones, aunar voluntades, agrupar rebaños. </div><div><br /></div><div>Tan cierto como que todos los malos saben cuál es su final.</div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-55107236107251054632022-08-06T20:50:00.015+02:002022-08-07T19:16:32.533+02:00Sus propios planes<h4>A un lado del cuadrilátero, Rusia, como imperio que fue y quiere volver a ser. Luego China, como nueva potencia libre al fin de los yugos capitalistas. Al otro, los países llamados occidentales, tradicionales acumuladores de riqueza. Y la última esquina, los que aún no se han decidido a tomar partido o secretamente esperan su momento para postularse. Toca la campana. Comienza el combate.</h4><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3pyfcQQvaPuEpOrT7DCnSJlFBtECRwYGSCqSYjUF8vzVK6MJVfi6bPAcOuLDcmi1L_jOn97CzpX4ZOAloQyLaJsV-j19OYAJIerspzElBfWL_qj1KeAIVZi0-O7SHwNdxcz35IRqFR0PKYWdAPGYEDBsaxpQ0lcYC6_cD7mABbOd243iRa8Q/s887/Neworder.PNG" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="717" data-original-width="887" height="259" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3pyfcQQvaPuEpOrT7DCnSJlFBtECRwYGSCqSYjUF8vzVK6MJVfi6bPAcOuLDcmi1L_jOn97CzpX4ZOAloQyLaJsV-j19OYAJIerspzElBfWL_qj1KeAIVZi0-O7SHwNdxcz35IRqFR0PKYWdAPGYEDBsaxpQ0lcYC6_cD7mABbOd243iRa8Q/s320/Neworder.PNG" width="320" /></a></div>Hay mucho ambiente hoy en esta pequeña roca que gira en torno al Sol. Mucha agitación. De hecho, no se veía tanta desde hace un tiempo. En el programa de esta velada boxística podemos leer los principales valores ideológicos de los participantes en esta combate a cuatro. <p></p><p>Básicamente, los que no entienden por qué los gobernantes deben abandonar periódicamente el poder de forma voluntaria, sobre todo cuanto tanto les ha costado alcanzarlo. Y los que creen que, dado que el poder no implica alcanzar la inmortalidad, no pasa nada si lo van ejerciendo diferentes personas y corrientes políticas. Al fin y al cabo, el verdadero poder, el económico, nunca ha sido democrático ni en los más democráticos países. </p><p>Rusia ha iniciado las hostilidades con un poco de jardinería en su patio delantero, lo que ha provocado las iras de occidente. Rusia no lo comprende, y se burla y se mofa porque tiene mucho territorio, ha estado camelándose a sus "socios" europeos con gas, petroleo y corrupción y dice que puede aislar al resto del mundo. Estados Unidos ha decidido agitar un poco el árbol chino. Agitar al enemigo normalmente ha servido para compactar alianzas en torno al mejor pegamento que hay: el miedo. Y los eternos aspirantes a la mesa del poder global van de un lado para otro sin saber de qué lado dejarse caer.</p><p>Los grandes ejércitos se mueven, maniobran, flexionan músculo los unos ante los otros, se tiran piedras, escupen algo de fuego y sangre. Unos pocos miles de muertos en un mundo que se acerca a la marca de los ocho mil millones de vivos no parecen suficientes como para restaurar el orden natural. Suena la campana.</p><p>Lejos, en una remota isla, pero también muy atrás en el tiempo, hace hoy exactamente setenta y siete años, y olvidada como un vetusto prejuicio, queda aquella mañana en Hiroshima en la que el destino de la humanidad quedó sellado. Hemos olvidado aquella y todas las veces que la siguieron en las que contuvimos la respiración rezando por que al final se impusiera la cordura. <br /></p><p>Mientras, la pequeña roca sigue girando en el vacío. De vez en cuando deja oír un quejumbroso quejido entre el griterío de los gobiernos. Nos suplica atención. Nos quiere hacer saber que tiene sus propios planes.</p><p><br /></p><p><br /></p>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-70604139286629368442022-08-04T09:32:00.004+02:002022-08-04T11:19:37.566+02:00Nuestro único dogma: la libertad<h4><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8LahueK7yQCAU3rkrHZ_ofHdnNE9kEvPM2jmPjFwEDHwNKE8yP0goHVrrnN6Azrm8_he9TmeFnHwVxVEoBvPqFgP9wr0QKFpJcqyq7PMoa-xfT-DznoX-Aa4jDDWorr97shKT2hBPUEnHgLtpJn5dpNLz7g_C_AdhBXMAx8IWp_-9p9zImkk/s950/Libertad-1-950x468.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="468" data-original-width="950" height="158" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8LahueK7yQCAU3rkrHZ_ofHdnNE9kEvPM2jmPjFwEDHwNKE8yP0goHVrrnN6Azrm8_he9TmeFnHwVxVEoBvPqFgP9wr0QKFpJcqyq7PMoa-xfT-DznoX-Aa4jDDWorr97shKT2hBPUEnHgLtpJn5dpNLz7g_C_AdhBXMAx8IWp_-9p9zImkk/s320/Libertad-1-950x468.jpg" width="320" /></a></div>Qué es un dogma? Algo que no requiere demostración, que se ha de aceptar sin más, sopena de que se derrumbe todo nuestro sistema de valores. Pero no hay peligro: Los dogmas no son ideas, sino conjuntos de palabras. Y ya se sabe, las palabras nacieron para ocultar nuestros sentimientos. Y no hay palabra más falsa que esta: Libertad.</h4><p>Leo que cierto partido político se dispone a refundarse completamente, obligado por resultados electorales que lo han apartado de casi todas las esferas de poder. Al hacerlo, promete someterlo todo a revisión. Todo, menos lo que sus representantes califican de su único dogma. Sí, ya has adivinado a cuál se refieren. Eso que llaman Libertad y que sirve a unos y otros para justificar absolutamente cualquier cosa, dependiendo de quien disfrute de su derecho y quien de su servidumbre.</p><p>El caso es que calificar de dogma algo que no existe es cuando menos sospechoso. Y de que la libertad no existe tenemos pruebas continuamente, a cada momento. Porque el ser humano sigue también en todo momento un sinfín de rutas que lo llevan a vivir en grupo como si de un único individuo se tratara. Absolutamente todo está concienzudamente reglado y re-reglado. Desde los caminos por los que podemos transitar hasta las cosas que podemos comer o beber. Sí, armados de nuestro pasaporte podemos viajar a otras partes del mundo, siempre que observemos mil y una restricciones que no hacen sino demostrar que no importa donde vayamos estaremos sujetos a una libertad vigilada.</p><p>Es cierto que el objetivo de toda estrategia es mantener la independencia. Es decir, la libertad. Pero eso no es un dogma. Sabemos por qué luchamos. Luchamos no para alcanzar la libertad, sino por el privilegio de poder definirla.</p><p><br /></p>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-84519302788021063402022-07-01T11:07:00.014+02:002022-07-06T13:35:09.872+02:00Manadas y cazadores solitarios<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipDQFxzdDbY7ZqA4wlfGSsnuqF-NObyCDlOuHnpcuAjIQ3pIKUYMzLoH8aPE6BbA5kFZfCa2SNTv1KTUXirGDpe9Xh5V0VAzOwdW7YKAW-gwCiwaiaZIMRXb3_a0iiyuAkqRhRfQmoUo3jEOEhNP-ed7N6idHrcuWIhaFhMsDFUcGkGhcVTgw/s730/Manadas.JPG" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="730" data-original-width="656" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipDQFxzdDbY7ZqA4wlfGSsnuqF-NObyCDlOuHnpcuAjIQ3pIKUYMzLoH8aPE6BbA5kFZfCa2SNTv1KTUXirGDpe9Xh5V0VAzOwdW7YKAW-gwCiwaiaZIMRXb3_a0iiyuAkqRhRfQmoUo3jEOEhNP-ed7N6idHrcuWIhaFhMsDFUcGkGhcVTgw/s320/Manadas.JPG" width="288" /></a></div><div class="separator"><h4>Periódicamente, ciertos individuos aprovechan el caos inherente a las grandes organizaciones para imponer el bálsamo de la dictadura. Periódicamente, ciertas organizaciones se conciertan para en respuesta aplastar al agresor.</h4><div><br /></div></div>Un tema recurrente en este blog es el de los <i>péndulos históricos</i>. En la naturaleza nada va en línea recta porque las cosas afectan a las cosas. Es mejor tenerlo en cuenta porque sería de género tonto verse sorprendido por algo que ha ocurrido mil veces en el pasado y que volverá a ocurrir muchas más en el futuro. Sin embargo, es tan seductor dejarse llevar por la noción de que vivimos tiempos únicos... ¿no? De que estamos llamados a ser testigos de grandes momentos, privilegiados ocupantes de asientos de primera fila en este teatro de la vida. Pero el caso es que no. Por poco que escarbemos un poco en la historia, vamos a ver situaciones que se repiten una y otra vez, tal como no se cansan de recordarnos desde el Rey Salomón, Cicerón o Lincoln hasta Unamuno. <p>Por ejemplo, este año se cumplirán 60 desde la llamada Crisis de los misiles, un conflicto diplomático entre Estados Unidos y la Unión Soviética que culminaba las tensiones que habían ido creciendo entre las dos superpotencias a raíz del despliegue de misiles balísticos nucleares en Italia y Turquía, ambos miembros de la OTAN. Por si la semejanza con la situación generada con Ucrania en este 2022 no fuera suficiente, cabe recordar la invasión soviética subsiguiente de Checoeslovaquia en 1968 con el objetivo de detener la versión Euromaidán de aquella época: La Primavera de Praga.</p><p>Están claros los paralelismos: Lo que unos consideran defensa, otros lo llaman amenaza. Lo que para unos es invadir, para otros solo es liberar. Pierde el primero que rompe la raqueta. Es más interesante concentrarse en lo que hace diferentes los ciclos históricos. Hay un proceso de fondo al que llamamos <i>Globalización</i>, que no implica que las cosas ya no pasen como antes, sino que pasan a mayor velocidad. Los imperios que otrora duraran milenios, ahora luchan por su supervivencia unas pocas décadas tras su ascenso. Las pirámides demográficas ahora, como antes, son las culpables, pero los avances médicos han multiplicado las poblaciones mientras que los avances en comunicaciones y transportes las mueven por todo el mundo de forma casi instantánea. </p><p>De todas formas, seguiremos asistiendo a este teatro de la naturaleza donde las carreras armamentísticas no cesan, y solo cambian las armas. Cañones, grano, petroleo, virus o migrantes. Mientras podamos escoger asiento en el patio de butacas sin vernos arrastrados al escenario, todo irá bien.</p><p><br /></p><span><a name='more'></a></span><p style="text-align: right;"><span style="font-size: x-small;">La imagen es una composición de un fotograma de la película de Stanley Kubrick, Dr. Strangelove, de 1964 y una foto de la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid en junio del 2022 donde se reinstaló a Rusia en su papel de potencia enemiga.</span></p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-68819805795490934512022-04-11T20:51:00.016+02:002022-07-01T09:40:36.217+02:00Z, la guerra de Putin<h4><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMcEdifRrTCrzB5CLWWFJ_rdruj2Oe3pW0rjBCm3SPWtO63kHEah-ZaBJtxLr3sYDmSR_2zTaHp4i0ENvdrUhA-0Q019pPecbyubExuiXpbDW9pKDAiofB7ac1ea4MT6EnatyHYHbcZ6DqVqhIsVvGi5JvQuzBJ7PoAnSqN0Qo7-jlkNKnKfc/s773/ZPutin.jpg" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="584" data-original-width="773" height="242" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMcEdifRrTCrzB5CLWWFJ_rdruj2Oe3pW0rjBCm3SPWtO63kHEah-ZaBJtxLr3sYDmSR_2zTaHp4i0ENvdrUhA-0Q019pPecbyubExuiXpbDW9pKDAiofB7ac1ea4MT6EnatyHYHbcZ6DqVqhIsVvGi5JvQuzBJ7PoAnSqN0Qo7-jlkNKnKfc/s320/ZPutin.jpg" width="320" /></a></div><br />Durante la segunda mitad del siglo XX, Rusia dominó de tal forma el ajedrez que las capacidades de análisis posicional, material, táctico y demás que adornan a los grandes jugadores llegaron a parecer consustanciales al alma nacional. Quizá fuera coincidencia que Rusia perdiera esa corona precisamente el año que Putin llegó al poder.</h4><p>Y es que a Vladimir Putin no le va eso de anticiparse a las jugadas del adversario mediante elegantes movimientos combinatorios en busca del dominio estratégico. Requiere demasiado esfuerzo mental. Él es más de aprovechar su baja estatura para engañar, empujar y desequilibrar al adversario, para inmovilizarlo y estrangularlo después en el suelo. No deja de ser curioso que la Rusia de grandes genios como Karpov se dejara deslumbrar por un desigual desarrollo económico pagado con la privatización de sus recursos naturales para beneficio de unos pocos. Solo así se entiende que uno de los países más ricos del mundo tenga en 2021 una renta per cápita hasta diez veces inferior a la de los países europeos, resultado de un crecimiento truncado precisamente a raíz de sus aventuras bélicas. </p><p>Cuenta la leyenda que el gran Alexander Alehkine se salvó del pelotón de fusilamiento al que su origen burgués le condenaba gracias a una visita en su celda de Trotski, el hombre fuerte del alzamiento. Después de una improvisada partida, Trotski ordenó su liberación. «Este hombre no es ni blanco ni rojo. Este hombre es el ajedrez», se dice que alegó éste para justificar su liberación.</p><p>Pero a los rusos de hoy en día no se les permite la disidencia porque llevan décadas sometidos a la propaganda nacionalista, que identifica a Putin con la nación, de forma que todo lo que se le oponga desafía a la seguridad del Estado, y debe ser eliminado de una u otra forma. Incluso ahora, cuando la amargura de ver su cultura y su identidad cuestionada en occidente, su forma de vida amenazada por su propio estado y su prosperidad económica en crisis, los rusos dudan si deben luchar por seguir adelante con la misma determinación que lo haría una horda de <i>zombies</i>. De hecho, y por otra curiosa coincidencia del destino, han sido precisamente los propios rusos quienes decidieron convertir la Z marcada sobre muchos de los vehículos militares que participaron en la agresión a Ucrania en símbolo de su criminal terquedad y la del gobierno que respaldan. ¡Una letra que ni siquiera forma parte del alfabeto cirílico que usan los rusos!</p><p>Pero esa no es la única opción. Los ciudadanos que aman a Rusia y su papel en un mundo en paz también pueden optar por jugar un gambito. A veces hay que perder una dama para ganar la partida.</p><p><br /></p><span><a name='more'></a></span><p><br /></p><p>Pd. Mientras escribo estas líneas, el saldo de muertos y heridos en la guerra de Ucrania supera ya las decenas de miles. Y la Federación rusa de Ajedrez, privada de poder enviar sus jugadores a torneos internacionales, está estudiando si probar suerte y solicitar ser aceptada en la Federación Asiática de Ajedrez, dominada por China. <i>Bon voyage</i>.</p><p><br /></p><p><br /></p>Unknownnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-9962593.post-87358931572679524962022-02-01T10:21:00.011+01:002022-11-28T10:42:27.218+01:00Dime qué temes y te diré cómo pueden controlarte<h4>A ver... Miedo... ¿Que a qué tengo miedo... ? me pregunta un buen amigo. Sin duda, a lo que más temo es al miedo mismo, <i>mi más fiel compañero</i>, como dijo aquel. Porque nada es como es, sino como lo percibes. Gran verdad.</h4><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDaY9zPtwOTIn0u5aKrNX7OwO8dmUnEwUZtg3jUHGjVks8lp1kHBwgj19pFdB3d4JHUINzd6JXzVGHZ2LhOUG2dGZcUUN9gotDU6hOl_1aNuFiqZJ-kbzxhX0jYbcAW3rGTEJCw4g4RJa4XTnBfWGewtYwCLqr1loeMhb4NC7xH-9Z8gHOz6w/s2500/100567-7_5000x.webp" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1384" data-original-width="2500" height="177" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhDaY9zPtwOTIn0u5aKrNX7OwO8dmUnEwUZtg3jUHGjVks8lp1kHBwgj19pFdB3d4JHUINzd6JXzVGHZ2LhOUG2dGZcUUN9gotDU6hOl_1aNuFiqZJ-kbzxhX0jYbcAW3rGTEJCw4g4RJa4XTnBfWGewtYwCLqr1loeMhb4NC7xH-9Z8gHOz6w/s320/100567-7_5000x.webp" width="320" /></a></div>Mi hermano me regaló una preciosa guitarra eléctrica siendo yo un adolescente, y yo la veneraba. Era una de esas en forma de V popularizada por el grupo Kiss, al que de hecho yo detestaba. Era cierto que su forma la hacía imposible de sostener sobre los muslos, así que había que tocarla colgada, y además no tenía amplificador pero sostenerla sobre un escenario me daba un aire de gran modernidad.
Aunque no recuerdo bien los detalles, un día pasó algo así: Había dejado la guitarra sobre una cama, dentro de su caja negra y con la tapa alzada para que se pudiera apreciar. Cuando mi madre entró al cuarto, dio un grito. Para mi, aquella caja alargada y forrada de terciopelo rojo no podía ser otra cosa que una funda de guitarra de buena calidad. Luego, comprendí que, para la mayoría de las personas, aquello era un ataúd. Y yo, que dormía tan orgulloso al lado de aquella ominosa forma... De cualquier manera, como nunca había visto un ataúd, seguí pensando así muchos más años. Eso sí, dejé de mostrar la caja abierta sobre una cama.<div><div><br /></div><div>Y aún muchos años más tarde, le presentaba a mi hija un documental sobre arqueología. En el vídeo, unos valientes señores con luces en el casco se apiñaban en una claustrofóbica cavidad, excavando el barro con diminutas herramientas. De repente, prorrumpieron en gritos de alegría. Uno de ellos había desenterrado un cráneo humano. Gran hallazgo. Es un gran descubrimiento, la recompensa a una ardua labor. El vídeo continuó normalmente, pero desde aquel día, y espero que por mucho tiempo, para ella una calavera en el barro ya no será la evidencia aterradora de un siniestro suceso, sino la culminación de una investigación científica, que arrojará luz sobre nuestro pasado. Desde aquel día, ella siente que si uno encuentra una calavera, sospechará<br /> si no debería también estallar en alegría. La asociación está hecha. </div></div><div><br /></div><div>De la misma forma que los aficionados al surf se relamen ante la idea de un gran tsunami que les permita probar su ultima tabla sin salir de casa, creo que podemos ir reasignando nuestras emociones de la misma forma para muchas de las cosas que nos causan miedo o angustia. Por ejemplo, yo no temo entrar en la negrura de un bosque en plena noche, pero me da terror la bata blanca de un médico.</div><div><br /></div><div>Cuestión de asociación.</div><div><br /></div>Unknownnoreply@blogger.com